Parte 8

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(...)

Mora estaba tomando sol en la entrada. La piscina estaba tomada por Morrison, Noah y Marquitos. De los tres lo único que solía suportar, era el tío. Entonces, agarró una de la sillas de tomar sol, y puso en la entrada, dónde estaba sola y en silencio.

Su teléfono vibró:

¡No vas a creer! Sire me abandonó por uno de esos chicos todos sudados de la playa.

Pau, puso un emoji llorando. Y Mira no pudo no reírse, era algo muy común de Sirena tener una debilidad por chicos más bronceados. Ella misma estaba metad del día en la piscina, no el la piscina, ellas ya no tenían más esa idea fija de que era algo divertido.

No. La piscina tenía químicos. Los químicos, no eran buenos para el pelo. No. Nadie jodía su pelo. Era una de las cosas que más gustaba en ella.

Por eso quedó en choque cuando vió que Bella se había teñido el pelo. Encima, un color tan out como el rojo.

Nadie se teñía el pelo de rojo. ¡ Por favor¡ Todo mundo tenía reflejos. Eso sí! Reflejos castaños, rubios...eso era in.

" N-No. No. " La voz de Pablo cortó por detrás suyo, cuando pasó por la puerta como un huracán. " No. "

" ¿Tío? " Pregunto poniéndose más dura en la silla, para que lo mirara.

Pero Pablo no tuvo tiempo a responderle, porque tiró las llaves del bolsillo y corrió hasta su auto.

" ¡Tío Pablo! " Mora gritó, ahora se poniendo en pié. " ¿Adónde vas? "

Pablo arrancó en el auto, tragando un poco de tierra, y Mora llevó la mano al pecho, asustada. Esas cosas siempre pasaban en las películas, y solían ser increíbles. La emoción, el drama.

Pero no sabía se era porque esa era la vida real, o porque estaba pasando ahora, en este momento: no era nada bueno.

Lío en la familia, después hablamos.

Escribió rápido de respuesta a Pauline, y luego corrió para el interior de la casa. Otra cosa que no era tan genial, como en las películas. Mora tenía horror a correr, o cualquier ejercicio físico que envolvía sudar.

(...)

" Mirá, te cuento una cosa. " Marizza empezó, empujando una cuchara adentro el helado. " Si hay alguien que puede tener menopausia, antes del tiempo, sos vos. " Y luego ocupó la boca con el conteúdo de la caja.

Mia le dió con la lengua.

" Muy maduro. " Marizza le apuntó con la cuchara.

" ¿Tres meses, y no te diste cuenta Mia? " Luján preguntó, mientras tomaba un vaso de agua.

" ¿Cómo se va a dar cuenta de algo, se tiene como ochenta chicos para fijarse? " Marizza jugó, tentada.

" Cállate. " Mia pujo la caja para ella.

" ¡Eh! " Marizza reclamó.

" No tengo ochenta chicos. " Dijo y reviró los ojos. " Y te respondo, Luji, porque sos la única persona estável y educada en esa familia. " Luján sonrió, y Marizza fingió ofensa.

Erreway : La Réunion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora