Parte 10

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(...)
24 de diciembre
15:45 PM

Luján estaba acostada en la cama con las piernas arriba a una montaña de almohadas. " Por si te baja la presión. " Dijo Sonia, aunque ella y Mia la habían insistido que era muy probable que las piernas arriba no eran para eso.

Pero cuando Sonia ponía algo en la cabeza, nadie lo sacaba. Entonces decidió que se quedaría así, por entre el dolor de panza que tenía e el dolor de cabeza que Sonia la haría pasar si no la obedeciera, se quedó solo con la primer opción.

" ¿ Estás mejor? " Marco preguntó a su lado. Ella lo miró, y sonrió. No estaba mejor, pero tenerlo cerca suyo ayudaba. " Lu, tenemos que hablar. " Ella parpadeó, enterrando las manos en su pelo, lo acariciando suavemente. " Vos..." Marcos cerró los ojos por alguns segundos, recibiendo el toque. "... Tenés razón de que no estás embarazada? "

" Otra vez con eso..."

" Lu. " Pidió, acercando la nariz hacia la suya, en una carícia. " Vos no..."

" ¡Si! Quiero. "

" Entonces... "

" Voy hacer el test. " Revolteo los ojos, pero no de enojo. No podría enojarse con el. No por eso. " Pero solo porque se que me van a inchar lá cabeza toda la noche..." Marcos la calló con un beso. " Se lo que estás intentando hacer, eh. " Sonrió. " No te pases. "

Marcos se inclino sobre ella. " No me paso. "

(...)

Casi treinta minutos después, Pablo paro el auto en la entrada de la casa de Sonia, por la segunda vez en menos de dos días.

Marizza estaba sentada en el pequeño escalón, con una cara de bicho enorme. Por un momento, pensó en quedarse en el auto por algunos minutos más, pero se acordó que ahora era grande, y tenía que hacer las cosas bien. Bueno, la mayoría de las veces, y de preferencia, más tarde de lo esperado.

Pronto se bajó, y travo el auto empezó a caminar hacia ella sintiendo el peso de las palabras que hiba a soltar hasta el.

" Eh..." El tragó saliva. Y paró. " Hola. "

Marizza se puso de pié, y empezó a caminar hasta el. En ese momento, muchas posibilidades pasaron por su cabeza: ¿Me va a gritar? ¿ Me va a sacar las llaves y llevar los chicos con ella? Seguro me va a gritar. ¿Pero me va a gritar mientras me pega?

Pero no hizo nada de eso. No. Marizza lo alzó y luego lo abrazó, uno de esos abrazos que significan todo. Que dicen sin decir y que te llenan el alma.

Pocas personas lo abrazaban así, ella fue la primera que el se acordaba. Pero hacía mucho tiempo que no estaban así, abrazados y solos. Ellos. Porque Pablo percibió que también tenía los brazos en su cintura.

" Hola. " Ella dijo bajito, cerca a su cuello.

Pablo cerró los ojos y respiró su perfume. " Hola. " Dijo otra vez.

" Me asustaste. " Confesó, aspirando el olor de su colonia. Era dulce. Marizza la odiaba hasta unas horas atrás.

" Yo sé, perdón. " Apoyó la barbilla sobre su cabeza. " También me asusté."

Marizza inclinó la cabeza hacía trás para mirarlo. " Antes que entremos, y todos empiezen a hacer preguntas y todo se quede un lío, te quiero decir..." Suspiró, apretando los labios. Era difícil expresar algunos sentimientos para ella. " Te quiero decir que no hay cierto o errado. No tenés que hacer algo que no te sientas confortable, ¿entendés? " Pablo solo la miró. " ¿Pablo? "

Erreway : La Réunion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora