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Una sensación de desolacion y agobio me inunda de repente haciendo que abra los ojos de golpe. Mi vista se nubla por la claridad que hay a mí alrededor, siento unas manos posarse en mis hombros y oigo unas voces lejanas, pero no distingo que quieren decir. Trago saliva pero algo me dificulta hacerlo, ahí es cuando noto como un tubo recorre una cuarta parte de mi garganta ayudándome a respirar.

Consigo poner mis pensamientos en orden, visualizo lo último que vi y que es lo que pasó. Los recuerdos me golpean con fuerza haciendo que mis ganas de llorar aumenten. La vista va mejorando, ya veo algo, un sillón, gente con batas blancas, mis brazos llenos de cables y una vía en el antebrazo; el hospital.

-Ro- oigo que alguien dice mi nombre y giro la cara para mirarle.

-Valen- susurro sonriendo levemente, añoraba su voz.

En cuanto ve que lo reconozco se acerca envolviendo me en un cálido abrazo, siento su respiración chocar contra mí pelo y su corazón acelerado parece calmarse. Cuando se separa de mí noto que no tiene buena cara, sus ojeras son notables y tiene los ojos rojos como si hubiera estado llorando. Se me parte el alma, sé cómo es y seguramente no se ha separado de mí en ningún momento.

-¿Que pasó después de que me desvaneciera?- pregunto mirando esta vez a los médicos.

-Te trajeron acá ya inconsciente, entraste en coma de repente y no sabíamos que hacer, solo nos quedaba esperar- me explica el doctor más mayor.

-Llevas 3 días en coma Rocío- añade una de las enfermeras.

En ese momento un sentimiento de terror e incertidumbre de instala en mi, 3 días son muchos, ¿y si no hubiera despertado? Nada más de pensarlo se me revuelve el cuerpo. Mis amigos, familia, Valentín... Justo ahora que me va bien la vida no quiero dejarlos, justo ahora que estoy empezando a ser feliz quiero vivir.

Los médicos me explican que deben hacerme unas pruebas rutinarias, según ellos todo debe estar bien y por suerte he despertado antes de que pudieran quedar secuelas. Wos sale de la habitación dejándo a los médicos hacer su trabajo.

Una hora más tarde avisan a mis amigos y por no decir que están todos me quedo corta. Isa me abraza efusivamente sonriendo y me repite varias veces que lo hice bien que ese cabrón se merecía morir. Algo dentro de mí siente alivio pero a la vez una sensación de maldad me hace darme cuenta que lo que he hecho tampoco estuvo bien del todo. Gracias a Dios la policía no presentará cargos al tener pruebas de que él me secuestró y yo actúe en defensa propia.

Mauro nada más entrar a la habitación me miró y un suspiro de alivio salió de entre sus labios. Veo como se acerca a mí lentamente y me mira pidiendo permiso para abrazarme, cosa que me hace sentir ternura, es tan considerado y delicado algunas veces..

-Dale Mauro, abrázame ya joder- hago un puchero mirando lo.

Enseguida sonríe ampliamente y me achucha entre sus brazos haciendo que yo también sonría, no puedo querer más a este chico de verdad. Los chicos me cuentan un poco lo que ha pasado estos días mientras yo estaba "dormida", dicen que sin mí no ha sido lo mismo y ahí no pude evitar llorar, los necesito y mucho.

Para no agobiarme demasiado se fueron y volví a quedarme a solas con Valentín. Mañana de seguro vuelvo a casa pero hoy tengo que quedarme en observación, así que dormiré en el hospital. Le insisto varias veces para que se vaya a casa, no tiene porque quedarse otra noche más depues de haber estado conmigo desde que ingresé.

-Ni loco te dejo sola- dice muy serio mirándome -La última vez que lo hice ese hijo de puta te llevó con él-

-Pero no tienes la culpa de que a ese desequilibrado se le ocurriera esa idea- susurro acarciando su mano.

-Claro que no salame, pero si yo hubiera estado ahí con vos me lo hubiera cargado a piñas- suelto una risa al ver su cara de enfado.

-Estás adorable cuando te enfadas- digo acariciando su mejilla.

Su expresión se suaviza y aparece una gran sonrisa en su rostro haciendo que yo también sonría. Esa es la magia de Valentín, da igual el momento, con solo una mirada y una sonrisa te alegra la vida entera.

-No puedo estar enfadado delante tuya la puta madre- dice tumbandose a mí lado en la cama -No se que haría sin ti-

-Valentín..- niego riéndome -Sin mi podrías hacer muchas cosas, pero por ahora prefiero que las hagas conmigo-

-Posta que eres lo mejor que me pasó- susurra agarrando mi cara con sus dos manos.

La distancia entre ambos desaparece para dar paso a un beso lleno de amor y que transmite la falta que nos hacemos el uno al otro. Cuando ambos nos miramos las palabras sobran y este es uno de esos momentos, con mi mirada le expreso todo el amor que con palabras no soy capaz de decirle.

Nos separamos por falta de aire y veo como se muerde el labio divertido, me encanta cuando se pone nervioso después de un momento así. Él sabe perfectamente como hacer que me relaje, no hace falta que se lo pida. Comienza a hacerme cosquillas en el pelo haciendo que mi cuerpo se relaje poco a poco lo que conlleva a que yo me quede dormida en los brazos de Valen.

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Abro los ojos lentamente y Valentín sigue dormido así que me levanto cómo puedo y voy al baño. Me aseo un poco por encima y cuando salgo el médico está en la puerta con los papeles, dice que todo está en orden y que ya puedo marcharme. Le doy las gracias firmando y cuando se va me acerco a la cama sonriendo.

Acaricio la cara de Valentín haciendo que se remueva, como no surje efecto me acerco más y comienzo a darle besos por toda la cara y dejó algún que otro lameton que se qué le molestan.

-Andate a la verga- dice de mala gana levantándose de golpe -Ay perdona amor, no sabía ni dónde estaba-

-Eres de lo que no hay, ya podemos irnos, me han dado el alta- sonrío ampliamente agarrando mi ropa para cambiarme en el baño.

-Eso es genial- baja de la cama de un salto y se estira varias veces.

Me cambio en menos de 5minutos, estoy deseando salir de aquí después tantos días metida entre estás cuatro paredes. Al salir Valen ya me espera con mis cosas, me agarra del brazo para ayudarme a andar ya que me cuesta al dolerme todo el cuerpo. En el aparcamiento pillamos su coche y él conduce de camino a mi casa.

Al llegar me encuentro con Isa y Lucía metidas en la cocina intentando no matarse entre ellas ya que no se ponen de acuerdo. Sonrío al verlas, ese es el plan que tenemos cada día cuando debemos elegir que comer.

-ROOOOO- grita Lu abalanzandose sobre mi, hago una mueca divertida y le correspondo el abrazo.

-No la mates por dios y deja que coma- dice Isa tirando de mí hacia la cocina.

Nos sentamos todos a la mesa y disfrutamos de la lasaña que han preparado para mi, saben que es una comida que me encanta, yo no las puedo amar más. Entre tanto hablamos de todo un poco, las conversaciones entre nosotros se hacen amenas.

Wos se despide después de comer, tiene cosas que hacer y dice que le jode dejarme pero yo le he dicho que no se preocupe. Las chicas hoy no han hecho planes, según ellas es hora de pasar un buen rato solas y quieren cuidarme aunque yo les he dicho que estoy bien.

Encendemos la play y nos ponemos a jugar unas partidas al FIFA mientras de fondo suena la música. Me encanta la forma en la que nos picamos mutuamente, acabamos siempre discutiendo.

-Eso no vale, tramposa- dice Lu mirando a Isa.

-Tramposa no, aprovecho el momento en el que estás despistada, imbécil- añade mi amiga rodando los ojos.

-Haya paz por dios- ruedo los ojos levantandome -Me apetece una copa, ¿queréis?-

Ambas asienten frenéticamente, como decirle que no al alcohol... Voy a la cocina y saco unos vasos, algo de hielo y las botellas de alcohol. Pongo todo encima de la mesita del salón, ahí comienza una tarde de chicas llena de tonterías, mucho alcohol y música.

IṈEҒΔBLE~WOS (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora