5

42 15 0
                                    

Hombres del Mundo: Me pregunto por qué no pueden ser lindos e inteligentes al mismo tiempo. ¡Ah, claro, porque serían yo!

ROSE, The man-hater


—Y bien, cuéntame: ¿Qué mosca te picó para plantarle cara a un tipo como ese?—me increpa Jimin a modo de regaño mientras ojeamos la carta de vinos del Chateau Marmont Restaurant, uno de mis sitios preferidos para cenar.

My little Mochi, con una madre me basta, gracias.

—¡Oh!—Se hace el ofendido, poniéndose una mano sobre el pecho con gesto teatral—. Si tu madre hubiese estado allí, te habría castigado de por vida. ¡Las normas están para cumplirlas!

Lo miro fijamente, con fuego en los ojos.

—¿Justo vos me hablás de reglas, señor antisistema?—le recrimino. En nuestros tiempos universitarios él solía ser quien me incitaba a meterme en todos los pleitos posibles; cuanto más peligrosos fueran, mejor.

—T/N, sabes de sobra que no debes provocar así a los usuarios. No tienes ni idea de si ese tipo es un asesino en serie o un angelito—intenta explicarme para calmarme.

—Creéme, es poco lo que hice para lo que se merecía ese estupido.

Él me observa intrigado.

—¿Acaso lo conocés?
Me debato en mi interior si contárselo o no.

—¡Mira, pero si aquí están mis superamiguis!—exclama Rose, moviendo de manera muy poco natural su larga melena dorada a la vez que se acerca hasta nuestra mesa, moviendo en exceso su escultural cuerpo.

Jimin y yo estamos sentados en la zona ajardinada del Chateau, rodeados por estrellas de Hollywood. La zona está iluminada por miles de lucecitas minúsculas que simulan ser luciérnagas; dichas luces están insertadas entre las ramas de los olivos que descansan sobre nosotros y sobre sus troncos, algo que hace a nuestro entorno una panorámica espectacular.

Yo me levanto para darle dos besos a mi amiga y vuelvo a tomar asiento.

Hace un mes más o menos que no la veo, aunque solemos hablar por WhatsApp a diario. Jimin, por el contrario, no se levanta y ella se queda mirándolo desde su posición con cara de asesina.

—¿Qué te pasa, bebé?—le pregunta ella con tono de reproche, guiñándome un ojo sin que él la vea.

—¿Que qué me pasa?—Se levanta de su asiento para gesticular con más libertad, pasando del resto de los comensales a los que es evidente que comenzamos a molestar.
—Llevas prometiendo que vas a venir conmigo a esa puta reunión desde hace dos meses y al final no te has presentado, me dejáste colgado a último momento y sin opciones de llamar a nadie más. ¡Encima, diciendo que estabas enferma, para que ahora te presentes aquí estando como una rosa!

—¡Un momentito, bonito!—y asi Rose comienza su discurso en coreano para que solo nosotros entendamos, haciendo un gesto con la mano al más puro estilo Beyoncé, es decir, rapera malota del Bronx modo on, y clava en él esos ojos razgados color miel por los que todos los hombres suspiran—. Da gracias que no te haya dicho la verdad directamente, que en realidad es que paso de ti y de tus patéticas reuniones—

Jimin intenta protestar; es un prestigioso trabajador social y quiere hacérselo ver, pero ella lo detiene posando el dedo índice sobre sus labios, para continuar diciendo

—: No soy tu empleada, no estoy obligada a darte un justificante médico, ni siquiera una excusa creíble para no asistir a esa maldita reunión y, aun así, lo hice porque siento algo de amor por ti. No es mi culpa que no tengas los huevos suficientes para enfrentarte tú solito a un grupo de gente desconocida. Así que ahora que ya sabes la verdad, tienes dos opciones: alegrarte de verme y pasar un buen rato, o seguir lloriqueando como una pasa de uva para dar más pena todavía. ¡Ah! Y te aviso que no soporto a los llorones, así que, si eliges la segunda opción, me voy y te dejo regulando bajo.

♡~El Día Que T/N Se Calle Le Saldrán Subtítulos~♡ JJK.  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora