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El primer paso para perdonar es aceptar que el otro es un idiota y que lo va a seguir siendo para toda la eternidad.

Rose, The man-hater





Me dirijo de vuelta hacia mi humilde hogar, mucho más contenta de lo que estuve en estas últimas semanas.

Parece que por fin comienzo a ver la luz al final del oscuro túnel en el que estoy sumida.

Acelero para sumergirme en el asfalto, saboreando la poca velocidad que permite alcanzar esta mierda de coche, aunque la suficiente como para elevarme el ánimo hasta el infinito.

Pongo la radio a todo volumen, a ver si la música consigue terminar de alegrarme el día, y justo en este momento está sonando (I Can’t Get No) Satisfaction, de los Rolling Stones.

No está mal.

Comienzo a bailar al ritmo de la guitarra y a cantar en un tono alto, no creo que nadie pueda oírme dentro de mi cubículo.

De repente, no sé de dónde sale, ni cuándo, ni por qué, pero un coche se incorpora a la autovía por mi derecha sin cederme el paso, como debería ser, por lo que me veo obligada a dar un volantazo e invadir el carril contrario, dando un golpe a un coche que circulaba por ahí.

Freno con toda la fuerza que soy capaz de reunir y un violento impacto lateral contra la mediana consigue que mi pobre coche se quede clavado en el acto.

Miro hacia todas partes por encima del airbag, comprobando sorprendida que aún estoy viva y que no tengo sangre por ninguna parte de mi cuerpo.

¡Qué susto, Dios mío! Tengo el corazón a mil y me tiemblan las piernas.

—¡¡¡Eh!!!

Un fuerte golpe en el cristal de mi ventanilla hace que dé un salto o por el susto.

Me doy vuelta para comprobar, horrorizada, que la cara ensangrentada de Jungkook está plantada al otro lado de la ventanilla.

¿Pero no estaba en la cárcel?

—¡Vos! —grito cual Godzilla en sus mejores tiempos, mirándolo con cara de asesina.

Salgo del coche como un toro, dispuesta a matarlo.

—¡¿Es que no miras por dónde vas, maldita chiflada?! —brama enfurecido.

No creo que me haya reconocido porque ni siquiera me mira, solo está observando las innumerables abolladuras de su porquería con ruedas, que se encuentra detrás de mi coche, hecho un acordeón contra la mediana.

—¡¿Yo, chiflada?! ¡Ese tipo se saltó el ceda y me empujó hacia tu carril! ¡No pude hacer nada para evitarlo! —me excuso enervada—. Si lo hubiera hecho a propósito, no estarías vivo, creéme.

Justo en ese momento, se voltea para poder mirarme a los ojos; ya me reconoció.

Veo el pánico reflejado en su rostro.

Y ahora sí que se acaba de dar cuenta de que soy yo.

El impacto de los vehículos no es nada comparado con el que siento al volver a tenerlo adelante.

No me atrevería a decir que son mariposas lo que revolotea en mi estómago, porque más bien son búfalos salvajes.

Mi corazón palpita desbocado y casi no logro respirar por los nervios que aprisionan mi pecho.

Dudo por un momento si estrangularlo o besarlo.

Él me observa preocupado.

—¡Salgan de inmediato de la calzada!—La fuerte voz de un policía a nuestro lado consigue sacarnos de nuestra burbuja particular.

♡~El Día Que T/N Se Calle Le Saldrán Subtítulos~♡ JJK.  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora