Había llegado el día más esperado por el menor, su felicidad y entusiasmo se notaba a metros.
La pareja entro al gran y colorido edificio luego se dirijieron a una oficina en la cual les dieron indicaciones para luego finalizar con una firma de parte de ambos en la gran ya tan anciada hoja que daba a conocer al pequeño Carlos como el primogénito de el matrimonio Osorio.
Después de eso Joaquín tomo al pequeño entre sus brazos y ahora los tres emprendieron el viaje devuelta a su casa.
Pero al parecer el hecho de tener un hijo no pintaba muy bien en el joven matrimonio, al principio solo eran pequeños reclamos, luego una que otra humillación por parte del más alto y por último empezaron a discutir por cualquier cosa.
Por lo general las peleas empezaban como siempre, un simple reclamo.
Sin embargo está vez no sería así.
El reloj ya marcaba las 10:30 de la noche, el pequeño bebé ya estaba dentro de su cuna estando de lleno en los brazos del buen Morfeo.
Mientras que en la planta baja se encontraban Emilio y Joaquín, este último sirviendo la cena.
Después de servir el último plato, se disponía a probar lo que con tanto esmero había cocinado horas atrás, pero su acción fue interrumpida por la voz del de tez morena.
- Esto sabe asqueroso, le falta sal y aparte está frío...ni siquiera para eso sirves.
Todo hubiera estado bien si pasaba como las otras veces, solo lo ignoraba, pero no, Joaquín de sobremanera ya estaba arto por los malos tratos de Emilio y sin más explotó.
- No estaría frío, si hubieras llegado a la hora exacta.
Eso era cierto se suponía que Emilio debía de haber llegado hace dos horas, pero un pendiente con nombre y apellido le había tomado parte de su tiempo.
- Porque razón te atreves a tratar de justificar tu insuficiencia.
- No la estoy justificando, simplemente te digo como son las cosas realmente.
- Sabes que me tienes harto ya no tengo hambre.
Sin más se levantó, pero se detuvo por qué su ahora esposo le había dicho algo.
- Yo no soy tu criado, si no te gusta hazlo tu.
Y todo estuvo mal, Emilio se hacerco a el sin más, y lo cacheteo, fue brusco, sin pudor, y sin previo aviso.
Y talvez eso fue execivo, pero en estos últimos días Emilio ya no soportaba a el castaño, se estaba arrepintiendo sobre el haberse casado, el pensaba que solo lo debió de haber tratado como uno de sus tantos juguetes que había tenido, que el simple hecho de haber creído que se había enamorado solo era una ilusión, y se dió cuenta de esto, desde la primera vez que tubo sexo en su escritorio con su ahora asistente personal.
Emilio ya no amaba a Joaquín, ya no quería nada que ver con el, pero de cierta forma no lo quería dejar ir, y todo por ese niño que los unía, el de rulos se había encariñado con ese bebé, Cariños era la única razón por la que volvía a casa y no se quedaba a las súplicas de Mario.
Claramente Emilio era egoísta por querer tener a Joaquín a la fuerza si siquiera amarlo.
Toda la vida del matrimonio era una mierda.
Hola cómo están, les gusto el capítulo?
