First & Last. El Cuento De Los Hermanos

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Kaz

Cada vez que daba una vuelta en la habitación se volvía a preguntar lo mismo.

¿Era necesario lo de la boda?

Y la respuesta era la misma.

Inej te dijo que quería una boda en condiciones, así que cállate y cásate.

No podía ser tan difícil, pero en su interior, le decía que algo fallaba. A pesar de que había puesto a los Despojos a controlar el área, y que él mismo había elegido la seguridad, no estaba tranquilo.

-Kaz, ya es la hora.- Jesper apareció en la puerta.

Kaz tomó el bastón y se dirigió a la carpa en la que tendría lugar la ceremonia.

Empezó a cojear, vestido completamente de negro, y sin guantes.

Cuando llegó al improvisado altar, se detuvo, y con el bastón en su mano izquierda, se puso lo más recto que pudo.

La música con la que Inej debería entrar estaba sonando.

Kaz aguantó la respiración, ya había visto a Inej con el vestido de novia, pero saber que después de una hora la chica suli sería completamente suya, le hacía sentirse levemente feliz.

Pero Inej no aparecía.

-¿Dónde está?-le susurró a Wylan, que estaba a su lado.

-No es fácil ponerse un traje de novia, Kaz.- Wylan también estaba preocupado, Kaz lo notó porque no perdía de vista por donde se suponía que la novia tenía que entrar.

-Voy a ir a ver.- Kaz estaba empezando a sudar frío.

-No te muevas, Manos Sucias.- nadie la había visto entrar, ni ponerse al lado del mismísimo Kaz Brekker, pero ahí estaba.

Una mujer, de unos veintipocos años, estaba desarmada al lado de Kaz. Vestida con un abrigo gris ceñido, y unas botas negras de suela de goma, y piel negra. Apoyaba todo su peso en una especie de palo aplanado que le llegaba algo más arriba de la cintura. Coronaba su cabeza con un sombrero de ala plana del que colgaban plumas grises atadas a un trozo de cuero, que rozaban su pálida piel.

-¿Quién se supone que eres? Que yo recuerde, no estás en la lista de invitados.- Kaz intentaba ganar tiempo.

-Eres jóven, y estúpido, Kaz Brekker.- la mujer se apoyó el extraño bastón en el hombro.-Tal vez, tú no me conozcas, pero algunos de los aquí presentes todavía recordarán a los Luna de Lobo.-

Algunos de los invitados hicieron una gran ovación, pero Kaz ya tenía un cuchillo en la mano, de los muchos que había escondido en la chaqueta.

-Deja el cuchillo, Cuervo.- Kaz levantó las manos, en símbolo de no estar haciendo nada.

-¿Piensas decir tu nombre ya o tengo que esperar más florituras y espectáculo?-

-Veo que eres impaciente, eso no es bueno para un ladrón. De todas maneras, me llamó Loree Bricker, líder de los Luna de Lobo, jefa del Barril, y primera Manos Sucias. Y vengo a reclamar, lo que es mío, Brekker, si quieres volver a ver a Inej, ven mañana al Lobo Salvaje. Sin compañía.- aunque Kaz estaba frente a ella, no fue capaz de ver cómo las cuerdas que sujetaban la carpa eran cortadas y Loree desaparecía.

El peso de la tela ahogaba a Kaz, parecía que estaba otra vez debajo de los cadáveres de la Barcaza del Segador. ¿Dónde estaban sus guantes? ¿Por qué no sabía quien era esa mujer? Había demasiadas preguntas, y respirar se le hacía cada vez más difícil.

Inej.

El recuerdo de la suli lo golpeó como un ladrillo.

Una extraña había secuestrado a Inej y estaba en peligro.

El cuervo y la lobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora