𝑼𝒏 𝑹𝒆𝒃𝒆𝒍𝒅𝒆 𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂 ©《ᴺᵃᵐʲⁱⁿ ~ ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ》

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Pov Narradora Omnisciente

11 de abril de 2007, una fecha que iba a ser muy memorable, si el plan del YoonMin salía tal y como lo habían planeado.

El pequeño de mejillas regordetas había reservado el mejor restaurante a su opinión propia. El omega estaba sudando frío, esperando a que su pareja le diera la señal, ese iba a ser el momento en que tenía que llamar a SeokJin y decirle que ya podía ir al lugar que fue citado.

La señal fue dada, el teléfono sonando, la voz entrecortada del pelirosa, una afirmación departe del omega mayor.

Todo estaba listo.

El omega rubio estaba en camino al lugar en donde fue citado con una semana de anticipación, no tenía idea de el porque. Su pequeño dongsaeng no era de ese tipo de personas que hacían una reservación una semana antes de ir, mejor dicho nunca antes había hecho una reservación para ir a cenar con el.
Su reloj marcan las seis con quince, todavía tenía otros quince minutos para llegar a su destino. Mentiría si dijera que aquel omega no estaba nervioso, sus manos temblaban y su pie se movía de un lugar a otro y no tenía idea de el porque.

Su omega estaba moviendo la cola de un lado a otro.

El alfa peligris ya había llegado al lugar, pero no lo dejaban entrar. Y tenían una sola razón, todavía no llegaba la hora.
Espero pacientemente apoyado en su Hyundai color negro, estaba empezando a aburrirse y decidió escuchar música y cerrar sus ojos para relajarse un poco.

Solo iba a ser un momento.

Unas frías manos se posaron en sus manos cubriendo su campo de observación.

—Adivina quien soy —bromeó el omega mayor agudizando su voz—.

—No creo que seas quien yo creo —correspondió la broma el moreno —¿Eres el hermoso omega de hombros anchos y labios gruesos? —preguntó con cierto tono de burla el alfa—.

—Esta bien, tu ganas —dijo el omega quitando sus manos —Creo que ya tenemos que entrar —sugirió el chico de hombros anchos ganándose un asentimiento del alfa—.

Estaban parados en la puerta del lugar, a nada de entrar y el peligris tomo delicadamente la mano del omega. Quien solo se limitó a dar un pequeño apretón para confirmar que estaba cómodo en ese acto y listo para entrar a ver el lugar.