Nota: Estoy más que segura de que muchos de ustedes ni siquiera terminarán de leer esto por lo largo que es. Y como saben que no subiré Capítulos próximos no podrán quedarse.
Brevemente los invito a leer Grietas, un nuevo libro de acción que espero les guste, así no se quedarán sin nada nuevo que leer, ya que cada capítulo es único e irresistible.
Felices fiestas y que lo gozen.
Blastoide.
1. La Caída.
Escucho un crujido a mi costado derecho, en lo primero que pienso es que se trata de algún zombie o Android en busca de alimento o humanos. Pero nadie parece estar ahí.
El viento nocturno choca fuertemente contra mis brazos desnudos, lo cual me provoca un escalofrío y me insita a volver dentro del túnel. Para cuando quiero intentarlo, veo una sombra con un par de sacos de diferente tamaño acercándose hasta mi posición. Si no es porque tengo seguridad de que se trata de Ádam, pude haber salido corriendo con la mentalidad de que es un busca, aquellos supervivientes que viven de lo que encuentran. O mucho peor: un caza, el tipo de personas que tiende a alimentarse de a quien encuentre. Un ejemplo, yo.
Fijándome siempre en mis alrededores al salir de este túnel, trato de asomarme para que Ádam me vea y poderle ofrecer ayuda. Antes de que pueda salir lo diviso caer a metros de mí y se desploma totalmente en el suelo. Me acerco asustada y lo primero que busco es su pulso. No respira.
—Adam. ¡Adam!— Me callo, por el temor de ser escuchada por alguien más. Debido a mi situación física se me es imposible cargarlo. Así que empiezo a pensar en una forma de ocultar su corpulento cuerpo sin tener que llevarlo al refugio con Amá.
Me pongo de pie, lo tomo por la división de las axilas e intento adentrarlo lo más que pueda al bosque, o lo que queda de él. Para mi maldita suerte, él empieza a tener otra de sus pesadillas y grita, obligándome a taparle la boca mientras sigo arrastrandolo. Se me dificulta demasiado. Miro a mis alrededores para cerciorarme de que no hay nadie en un radio de por lo menos un kilómetro.
Cuando siento que está lo bastante oculto junto a un tronco hueco, empiezo a preocuparme por su respiración desigual y entrecortada. Pienso de inmediato en las tácticas que Amá realiza cada vez que esto pasa.
—Maldición —escupo. Presiono y presiono su pecho con ambas manos esperando a que su corazón bombee. De inmediato pienso en la respiración boca a boca, sintiéndome algo culpable por tocar sus labios, aunque sea solo para salvarlo.
Con las mejillas ardiendo por la acción, tapo su naríz y tomo su mentón, depositando mis labios en los suyos para proporcionarle oxígeno. Repito la acción un par de veces más y no me da resultado.
—¡Ádam! Por favor...—Empiezo a llorar de la preocupación y me pongo de pie para ir en busca de Amá dentro del túnel, a lo que lo oigo toser.
—Ádam, Ádam...—Me siento feliz de que esté consciente, y enojada por tremendo susto que acaba de darme, así que lo abrazo con fuerza—. Me asustaste... ¿Cómo se te ocurre hacerme eso?
—Perdóname Emi... No fue mi intención—Con cada palabra intenta normalizar su respiración. Una vez que lo logra, se pone de pie y trato de ayudarlo, a lo que él me responde—. Está bien, estoy bien... Puedo hacerlo solo.
Aún así lo ayudo con una de las bolsas (la más pequeña), mientras nos adentramos al túnel por medio de las vías férreas. El silencio que aguarda entre nosotros es desesperante e incómodo como lo es usualmente. Quiero preguntarle qué sucedió, por qué vino casi muerto y qué es lo que le pasa. Pero mis palabras se quedan atoradas en mi garganta por pensar que podría llegar a ser molesta mi intrusión.
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Exilium
SciencefictionEl mal uso del agua llevó a la humanidad a lo que conocemos como Guerra Mundial. Pero por todos se dio a conocer mucho mejor como Guerra Mortal, donde sabían que todos morirían. Puesto que, combatían por un mismo recuerso: el agua. Y ese recurso vi...