En un mundo donde la contaminación esta destruyendo toda la Tierra. Entre todas las nuevas generaciones de infantes, uno de ellos nacería con una bendición dada por la naturaleza. Aunque esta bendición también puede llegar a ser su perdición, tenien...
[Aviso] Esta historia a sido reescrita y editada. En esta nueva versión se han cambiado y/o reescrito algunos elementos, personalidades y orden de los acontecimientos de este capítulo. El concepto de fichas de personajes han sido cambiadas a "Glosario de Personajes" en el que las antiguas fichas han sido actualizadas y mejoradas. Cabe aclarar que la historia no va a cambiar en lo absoluto, tan solo voy a mejorarla. [Hasta aquí termina el aviso]
Japón, uno de los países más seguros en cuanto a villanía. Todo gracias a su grandioso héroe número 1, All Might. Un héroe que ocupa la posición número 3 en el Ranking de héroes mundiales. Lamentablemente, los héroes no pueden salvar a todo el mundo y una mujer de cabellos verdes estaba sufriendo en un callejón en mitad de una noche profunda. Esta mujer se llama Inko Midoriya y se encontraba dando a luz en pésimas condiciones.
Inko: ¡AHHHHH! —Su cara se enrojeció por culpa de la presión ejercida con la intención de que su bebé finalmente saliera al mundo.—¡Maldito niño! —En un último esfuerzo su bebé finalmente salió de la mujer. Inko respiraba agitadamente, mirando como el niño estaba inmóvil encima de una toalla desgastada. Las manos de la mujer agarraron el cuerpo del niño y lo envolvió en la toalla, dándole unas palmaditas en la espalda, haciendo que éste empezase a llorar.— Vamos, vamos... —Inko pudo ver los ojos de su hijo, unos ojos poco peculiares, su ojo izquierdo tenía la iris de color azul y rojo, mientras que el derecho era de color marrón y verde.— Que ojos más bonitos.—La mujer cerró los ojos, estaba muy agotada, su cuerpo estaba muy débil y no podría llegar muy lejos.—Lo siento... —Las lágrimas empezaron a deslizarse por los ojos de la mujer, dándole un abrazo al niño, quien miraba a todos lados con curiosidad.—Lo siento, Izuku... —Con dificultades empezó a caminar hacia la salida del callejón, mirando como la negra noche cada vez rodeaba más a Japón. Delante de ella pudo ver una casa relativamente grande, con las luces de las habitaciones encendidas.— Lo siento, lo siento mucho...—La mujer dejó al niño delante de la puerta de la casa. Habiendo agarrado un papel y un lápiz del suelo, escribió "Izuku", metiendo el papel dentro de la toalla en la que Izuku estaba envuelto.—Adiós, hijo mío...—Con dolor en su corazón, llamó con brusquedad la puerta, escondiéndose en uno de los laterales de la casa. La puerta se abrió de golpe, saliendo una mujer de pelo rubio y ojos color miel.
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Mujer: ¿Quién es?—Su mirada fue hacia todos lados buscando a quien había llamado a la puerta.—¿Ha sido una broma? —Con algo de enfado salió un poco de la casa, pudiendo notar algo en el suelo.—¿Mmm? —Sus ojos se abrieron al ver a un bebé recién nacido envuelto en la toalla.— ¡Ay Dios! —Lo más rápido que puso, agarró al bebé en sus brazos, saliendo de la casa y mirando a todos lados en busca de quien había dejado al bebé. Un hombre se asomó por la puerta, un hombre de pelo y ojos negros.
