Capítulo 4: Los celos.

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- A lo lejos logré ver a Kamila abrazada con Samuel, el sabía muy bien que los estaba viendo, así que volteó a verme, con una sonrisa macabra en el rostro, lo había hecho por maldad, no porque realmente la quería abrazar, no quise entrar en desesperación ni decírselo a Kamila, iba a sonar muy tóxico, como el mismo Samuel.

- Al llegar a casa, intenté terminar parte del trabajo que tenía con Kamila, pero no dejaba de pensar en esa situación, la rabia recorría mis venas, ya no sabía que hacer, estaba muy furioso, lastima que no le pudiera decir nada a Kamila, iba a empeorar las cosas por culpa de los celos, y no queria eso.

- Kamila me envió un mensaje que decía: "¿Te puedo ver hoy? Es importante" se me puso la piel de gallina, no se de qué quería hablar conmigo, pero tenía que saberlo, así que le respondí que sí, le pregunté quién iba a casa de quién, así que ella me dijo: "Vamos a encontrarnos en el parque, te espero en 30 minutos, te amo".

- Cortó muy rápido, sonaba a qué quería decirme algo que me iba a dejar marcado, no quería pensar en nada malo, ya que estaba en el punto más feliz de mi vida y no quería que todo se fuera a la basura en un solo segundo, porque aún así que no lo creamos, siempre será así, así como puedes resumir una vida entera en un libro, como puedes contar una fiesta de 6 horas en 30 segundos, se puede ir una relación de dos años en solo un segundo, todo es probable, cualquier cosa inimaginable, se imagina con solo una frase: "Se acabó".

- Llegué al parque, busqué a Kamila, y no la encontré, le envié un mensaje diciendo: "¿Dónde estás? Ya llegué?" Lo había leído, pero no me contestó, así que solo me quedaba esperar, estuve sentado unos 10 minutos, hasta que de la nada apareció, tenía una cara de desesperación, de tristeza y de infelicidad.

- Se sentó a mi lado, no me saludó, simplemente se sentó, no quise decir ni una palabra, duramos 5 minutos sin vernos la cara, hasta que me dijo: "John, quiero que sepas que apesar de que llevo apenas conociéndote dos semanas, te has convertido en una persona muy especial para mí, hiciste que viera luz en un túnel oscuro, y le encontraste una entrada a un pasillo sin salida, te convertiste en mi paño de lágrimas, en un consejero, en mi alma gemela, me arrepiento de no haberte conocido antes, siempre intento mostrar lo mejor de mi, te conté en dos semanas lo que no le he contado a mucha gente en 16 años, es increíble como la vida te puso en mi camino cuando más necesitaba a alguien".

- Me abrazó, y sentí como soltaba lágrimas y las dejaba marcadas en mi suéter, mientras Kamila lloraba, le dije: "Yo también lamento no haberte conocido antes, en el poco  te bajaría la luna, así tuviera que sacrificar estrellas y desacomodar el sistema solar, te elegiría a ti, en una y mil vidas, gracias por hacerme sentir que soy importante para alguien, me hiciste ver la mejor versión de mi, cualquiera no tiene la suerte de tener en sus vidas a alguien como tú, te amo, y te lo diría una y mil veces y no me cansaría".

- Kamila duró un rato llorando, aún estaba apoyada en mi pecho, no sabía con claridad lo que estaba pasando, pero tenía un presentimiento de que algo malo me quería decir, y así fue.

- De la nada me dijo: "Te tuve mucha confianza en poco tiempo, y ya estoy lista para decirte esto, era hora de decírtelo, no quería una relación con secretos, así que ya es hora de que te lo diga" los nervios no dudaron en apoderarse de mí,     
sabía que algo malo me iba a decir, así que Kamila respiró ondo, y me dijo: "Estos últimos días no he estado rara, si me he sentido mal, he tenido dolores estomacales, pero todo eso me lo inventé, no quería que te preocuparas ni que sufrieras por mí, así que, me diagnosticaron cáncer...".

- No dejé que Kamila terminara, y empecé a llorar, es increíble como un solo segundo, puede afectar la felicidad que tenías desde que conocias a la persona más significativa en tu vida, la chica que te gustaba, se me quedó la mente en blanco, solo lloraba, lloraba y lloraba, Kamila intentó volver a lo que decía, pero no lo logró, tenía un sentimiento pésimo, no creía que la vida en la ciudad tenía muchos más obstáculos que esquivar, me levanté y le dije a Kamila que viniera conmigo.

- Quería que estuviéramos en casa, para estar en paz, sin que nadie nos mire de forma extraña, así que llegamos, subimos a mi habitación, mi madre estaba en el negocio, así que estaba la casa sola, nos acostamos en mi cama, ella empezó a pedirme perdón por haberme ocultado ese secreto, lo hizo por bien, pero ella sabía que al final me iba a dar cuenta, asi que le dije: "¿Sabes? Cuando te dije que iba a cumplir con mi palabra, era porque realmente la iba a cumplir, así tengas cáncer, estaré ahí, hasta el último día, el día que logres decir ¡Le gané al cáncer! Siempre estaré para ti, en buenas, en malas y en peores, conmigo estás a salvó de cualquier peligro u enfermedad".

- Kamila me besó en la boca, claramente no me la iba a quitar de encima, seguimos el juego, y no daré más detalles de lo que pasó después, al rato, dejé de pensar en la enfermedad de Kamila, y solo pensaba en lo que pasaba en ese momento, no en lo que pasará en el futuro, ese es el problema de muchas personas, solo piensan en como será su futuro, cuando no se dan cuenta que lo están pisando, cada minuto que pasa, es el futuro, es mucho mejor fijarse en el presente, aprovechar cada segundo, cada momento es único, así sea bueno o sea malo.

- Llegó la noche, y mi madre llegaría del trabajo, escuché como mi madre abría la puerta, así que le dije a Kamila: ¡Vístete, rápido! Kamila se vistió de nuevo, hicimos como que si estuviésemos terminando el trabajo, mi madre iba subiendo la escalera, dejamos la habitación como si solo estuviéramos haciendo el trabajo, tocó la puerta, me dijo: "Cariño voy a entrar", entró, saludó a Kamila, y se fué, nunca se dió cuenta de lo que había pasado.

- La verdad, el trabajo ya estaba listo, así que no quedaba más que hacer, mañana mi madre me iba a enseñar a conducir su auto, así que pronto podía andar por la ciudad con Kamila, sin que mi madre nos tuviese que llevar, así que está sería la última vez que mi madre llevaría a Kamila a su casa, ya que pronto lo haría yo.

- Así que salimos a llevar a Kamila a su casa, al parecer se había olvidado del problema, tenía una enorme sonrisa en el rostro, eso me puso muy feliz, aveces lo mejor que podemos hacer es sonreír, así estemos pasando un mal rato, un segundo de tristeza no quita una hora de felicidad, solo digo que hay que dejar los problemas a un lado, y disfrutar el momento felíz y después buscarle solución a todo.

- Al llegar a la casa de Kamila, sus padres me invitaron a pasar, Kamila estaba muy nerviosa, y no sabía el porqué, así que entramos, saludé a los padres de Kamila, y me invitaron a pasar a la sala, la madre de Kamila fue a la cocina a preparar té, así que empezé a platicar con el padre de Kamila, no era de mal carácter, sonaba muy cariñoso, duramos unos 3 minutos hablando sin parar, hasta que la madre de Kamila nos sirvió en una taza el té, todos estábamos sentados en los muebles, con una pequeña mesa en el medio, hubo un pequeño silencio, hasta que Kamila dijo: "Papá, mamá, tengo algo que confesar"...

Con Solo Una MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora