Capítulo 3: Una duda.

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- Kamila podía tener alguna enfermedad terminal, no tenía en claro que tenía exactamente, pero aún no sabía si realmente se había sentado Kamila en ese sillón, o si fué su madre, o su padre, no lo sé.

- Llamé a Kamila, le pregunté si mañana irá a clases, y me dijo que si, y la verdad sonaba muy segura así que se me quitó la preocupación y mis nervios se fueron, duramos 3 horas hablando, diciéndonos cualquier cosa, y una me hizo sentir una sensación muy agradable, me dijo: "Oye, te extraño, así halla estado todo el día contigo, ojalá estuvieras aquí, a mi lado" se me puso el corazón super pequeño, las lágrimas no dudaron en salir de mis ojos, me dejó sin palabras lo que me había dicho Kamila, era una sensación de calma, paz, y saber que eres suficiente para alguien.

- Ya se tenía que ir, me dijo: "Buenas noches, descansa John, te amo" le respondí lo mismo, cerré los ojos, una sonrisa enorme se marcó en mi rostro, no podía dejar de pensar en lo hermosa que era Kamila, sus ojos marrones, su cabello castaño, sus labios rojos, en su hermoso cuerpo, era la definición de perfección.

- Al otro día, mi madre me llevó a la escuela, al entrar, no ví a Kamila por ningún lado, ya esto me resultaba muy sospechoso, algo malo tenía Kamila, era la segunda vez que faltaba a algún lugar, primero a mi casa, ahora al colegio, me pareció de maravilla que a Samuel lo hubieran expulsado, no tenía quien me insultara por solo hablarle a la chica que le gusta, que a mí también me gusta.

- El profesor estaba pasando la asistencia, y a él también le pareció extraño que Kamila fuera la única que había faltado ese día, estuve todo el día preocupado por ella, no sabía que le pudiera haber ocurrido, estaba temblando, y no aguanté la preocupación, y le dije al profesor: "Profesor, voy al baño urgente" el profesor aceptó, y me fuí.

- Llamé a Kamila, pero no contestaba, duré un buen rato llamándola, pero aún no había respuesta de ella, no me quedó de otra que pedir un pase, llamé a mi madre preocupado, le conté lo que pasaba, y de una me vino a buscar, mi madre llegó, firmamos el pase, y nos fuimos.

- Mi madre llamó a los padres de Kamila, estaban en el trabajo, no podían abrirnos la puerta, así que nos dijeron que llamarían a Kamila para que nos abriese, cortaron la llamada, estábamos cerca de su casa, y nos llamaron, no dijeron: "Kamila no quiere agarrar el teléfono, intenten tocar la puerta, o usen la llave que está debajo de la alfombra de la entrada" el viejo truco para ocultar llaves.

- Llegamos, mi madre me estaba esperando afuera, subí las escaleras y entré al cuarto de Kamila, estaba acostada, con unos frascos de plástico al lado de medicinas, no dudé en acostarme a su lado, cuando me vió, se volteó y me abrazó, me explicó lo que sucedía: "Me levanté con un fuerte dolor de cabeza, y no pude dormir bien, después de que corté la llamada, se me subió un vómito a la garganta, salí corriendo al baño, y vomité, no estaba nada bien anoche, por eso quería que estuvieras conmigo, me hacías mucha falta en ese momento".

- Había entendido todo, Kamila solo tenía fiebre y dolores estomacales, eso no era de mucha importancia, con el buen reposo, tomando el medicamento correcto, se esfumaba, así que me quedé unos minutos con ella, al rato me despedí de ella, pero esta ves fue diferente, cuando estaba apunto de irme, se levantó, y me dió un beso en la boca, eso sí no lo podía creer, pensaba que estaba soñando, la verdad duramos así unos dos minutos, después me fuí.

- Mi madre me miró un poco raro, parecía que estaba ipnotisado, llegué otra vez al colegio, el profesor me miró con una cara no muy buena, me preguntó: "¿Era al baño a lo que ibas no?" Todos se empezaron a reír, incluso yo, así que le expliqué todo, me dijo que estaba bien, gracias a dios Kamila solo tenía una pequeña fiebre.

- Al final del día, llegué a mi casa Kamila me llamó, me dijo: "Ya estoy mejor, al rato voy a tu casa a apuntar la clase de hoy, te amo" le dije a mi madre, y no tuvo problema en que ella viniera, así que solo me quedaba esperarla, hasta que llegó, me saludó con un beso, está vez en la mejilla, creo que ya estoy hablando mucho de los besos que me dió, pero sigamos.

- Subimos a mi habitación, ella empezó a tomar los apuntes que habían dado hoy en clases, y en eso aproveché y le pregunté: "¿Te sientes bien?" A lo que Kamila respondió: " Si, estoy bien, ¿A qué viene la pregunta?" Y le respondí: "Es que la verdad es muy sospechoso ver qué faltes a tus actividades diarias, sobretodo te perdiste por primera vez una de las cenas de mi madre, y cuando tus padres nos invitaron a pasar el otro día, ví un sillón con aparatos de hospital, dime la verdad,¿Te pasa algo?".

- Kamila no dudó en soltar lágrimas, se acostó a mi lado, y me abrazó, apoyaba su cabeza en mi pecho, llorando, y aún no entendía el porqué, la calmé, le dije: "Tranquila, relájate, todo estará bien, solo, cuéntame qué es lo que te ocurre" Kamila secó su cara, y le confesó: "Mi madre tiene una seria enfermedad, y no se cuánto tiempo me queda con ella, así que tuve que buscar excusas para no hablar del tema, pero como eres la única persona que me apoya, tengo todo el valor de decírtelo, perdóname, sabes que te amo demasiado, no te molestes por favor".

- La entendía perfectamente, así que la disculpe, y todo estaba más tranquilo, Kamila me dijo que no hablara del tema cerca de sus padres, no quería que se dieran cuenta de que me contó la situación, así que no tuve problema en eso.

- La llevé a su casa, saludé a sus padres, me despedí de ella, esta ves no me besó la boca, no lo quería hacer frente a sus padres, así que fué en la mejilla, entró a su casa y nos fuimos.

- No le quise decir nada a mi madre, ya que había posibilidad de que hablara con los padres de Kamila, y nadie quería eso, así que preferí hacer como si nada pasara, mantuve la calma, pero igual me preocupaba que algo le sucediera a la madre de Kamila.

- Al otro día, me estaba arreglando, mi madre me llevó a la escuela, le tenía una propuesta a Kamila: Ayudar a su madre con los tratamientos, cuando vivía en el pueblo, el Sr.Frank nos invitaba a su granja, así que era normal que lo ayudáramos a salvar a uno de sus animales, así que ya tenía experiencia ayudando a salvar vidas, y no creo que se me valla a hacer difícil ayudar a la madre de Kamila.

- Cuando la ví, me saludó como siempre, le dije la propuesta, ella se puso nerviosa, dudó un poco de lo que le dije, de la nada me dijo: "No hace falta John, gracias" pero le seguí insistiendo, pero al final me dijo que no, preferí dejarla en paz un rato.

- Se había acabado el día, mi madre me vino a buscar, cuando estaba apunto de subirme en el auto, no podía creer lo que ví, no sabía que hacer, estaba muy furioso, intenté disimularlo, pero no aguanté, me perturbó lo que había visto, pero no quería parecer Samuel, me quedé tranquilo, pero aún estaba furioso, no quería saber más de Kamila...

Con Solo Una MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora