Capítulo 17: Sueños del pasado

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Nt: Sin corrección ortográfica.

—¡Shixiong! ¡Gran Shixiong!—una linda joven con las mejillas regordetas que no aparentaba más de diez años caminaba lentamente por el pasto fresco, entre una frondosa arboleda que en realidad, sólo era el "pequeño" patio de su shixiong, hijo del líder de la secta.

Ese patio era un bosque, y pertenecía exclusivamente a su shixiong, al otro extremo del bosque, se encontraba una gran cabaña, que también, pertenecía a su shixiong.

Se atrevió a entrar a buscarlo por órdenes directas del mismísimo líder de la secta, que estaba buscando a su hijo desde hacía un par de horas atrás.

La joven suspiró, agradeciéndole a los cielos de que su shixiong aún no tenía bestias demoníacas contratadas, el bosque de por sí era aterrador, como para sumarle más cosas aterradoras.

Desde un árbol, el dichoso shixiong estaba recostado en una rama gruesa sonriendo satíricamente, ¿ese viejo pedo de verdad creía que saldría? ¡Claro que no, no era tonto como para correr hacia su muerte!

Había planeado cuidadosamente la broma desde hace una semana, conociendo a su padre, tardarían unos días para que el polvo se asentara, ¿cómo se atrevería a salir y dejarse ver en el momento crítico?

Si hizo un movimiento tan grande, era obviamente porque tenía un respaldo de antemano.

Viendo como la joven se alejaba, palmeó su túnica, y encontró una bolsa de semillas de calabaza, abrió la bolsa, y comenzó a pelarlas para comérselas.

"Fufu, padre, ¡es mi venganza por todas las veces que me has vestido como una discípula en esta semana!"

Su padre, el líder de secta, había empezado a enseñarle a reconocer a los miembros de las diversas sectas en el continente por medio de sus túnicas, ¿y de qué forma le enseñó? Vistiéndolo con túnicas femeninas de otras sectas, con el pretexto de que pasando por tal experiencia humillante jamás olvidaría el nombre, color, y forma de la túnica.

Ciertamente, una semana fue suficiente para que aprendiera la vestimenta de todas las sectas del continente, pero, ¡¿a qué costo?!

¡Su dignidad estaba por los suelos, ni su madre la reconocería!

¡Para hacerlo más humillante, su padre contrató un pintor especial, para que retratara su apariencia con cada túnica!

Y si en ese momento no se atrevió a saludar a su shidi no sólo fue porque se escondía, sino porque seguía usando una túnica femenina.

Tuvo que hacer las cosas tan rápido que no tuvo tiempo de cambiarse de túnica.

Aunque en su bolsa espacial él llevaba conjuntos extras, él no podía vestirse, si alguien escuchaba el ruido que hacía, sería reportado a su padre, y sería su perdición.

Por lo que únicamente le quedaba la espera paciente para volver a ser él mismo.

El joven de cabello azabache largo, y sedoso, era muy hermoso, y como apenas era un niño, era fácil verse afeminado con un poco de maquillaje debido a sus largas pestañas, sus ojos almendrados y negros como su cabello, su piel lechosa y cremosa, además de sus labios que eran tan rojos como la sangre, y suaves como los pétalos de una rosa.

El ligero maquillaje, y sombras doradas en sus ojos, le hacían verse como una princesa heredera arrogante, fría, e inalcanzable, sumándolo con su túnica morada perteneciente a la secta Jardín del cielo, no quedaba ni un rastro de un varón en su persona.

¡Pei, pei, pei! ¡¿Por qué debía parecer una niña, si era un hombre?!

¡Todo era culpa de su estúpido padre! ¡Todo por su estúpido, y pegajoso padre, que le gustaba enojarlo hasta la muerte!

El Sistema De Reencarnación PerpetuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora