Hundí mi cuchillo, estaba lista. Había acabado con el ángel y, aunque ahora tendría mucho trabajo, no me importaba. La muerte había caído y yo no sería tan benevolente.
Eones extraños
Hundí mi cuchillo, estaba lista. Había acabado con el ángel y, aunque ahora tendría mucho trabajo, no me importaba. La muerte había caído y yo no sería tan benevolente.