-¡AYUDA! ¡POR FAVOR! ¡ME QUIEREN RAPTAR! - gritaba por la calle y todos me miraban de forma extraña, pude notar de algunos una mirada triste, de otros odio y de otros temor. Pero nadie tuvo la decencia de ayudarme. Si vuelvo a ese pueblo quemaré todo, eso no puede quedarse así.
Vi a papá y a Jules tirados en la calle. Papá tenía una herida en la cabeza que sangraba y estaba inconsciente; Jules dormía como si nada. Los hombres a mi alrededor solo decían quererme a mí. Don Ruperto tenía sangre por todos lados y tirado boca abajo. -No puede ser posible, esto no me está pasando a mí- pensaba, quería que fuera un sueño.
Pero no lo era, unos hombres alcanzaron a agarrarme al final de una calle en la que me escabullí según yo para perderlos, él se reía. –Las que más corren son las que más dinero nos dan.
-Por favor, déjenme, dejen a mi familia- decía llorando mientras nadie hacía nada y me llevaban a una furgoneta. Esto parecía salido de películas sobre secuestro.
-Ven Andree, despídete de tu noviecita- le dijeron a uno. Cuando alcé la mirada sentí tanto odio y miedo a la vez, pero más pudo la adrenalina y la impresión. Era el mismo Andree que compartía en la mesa de mi tío Maxi.
-Hola pajarita- dijo con una sonrisa. Yo no sabía qué hacer. Algo se oscureció dentro de mí, cuando escuche decir que se iban a divertir con la niña y que al flaco iban a dispararle.
-No- dije con lágrimas en los ojos.
-Tranquila pajarita, tú vas a estar bien- sonrió.
-Eso lo dices tú porque a ti no te han amarrado- dije en medio de sollozos de impotencia, por no poder escapar.
-Prometo visitarte - dijo el imbécil parado frente a mí.
-No vayas, si no quieres que te mate- sentencie. El solo rió a carajadas burlándose de lo que acaba de decirle. –Juro que así no vayas a verme el día que salga de esto viva te buscaré y pagaras por todo, y si muero desearás no a verme conocido - Creo que simplemente no se esperó mi respuesta, ni mi sonrisa y peor aún el beso que le lance antes de que cerraran la puerta. Pude notar miedo en su rostro, aunque pudo a ver sido el mío reflejado en él.
Lloré todo el maldito camino hacia la nada, no tenía idea de donde me llevaban ni por donde íbamos. Los hombres dijeron que debía cooperar si no algo malo le iba a pasar a mi familia. Tenía que hacer lo que ellos decían. Vi muchas películas de secuestro en ellas quienes trataban de escapar de la retención sufrían más de lo debido y otros hasta morían. Mi caso no sería igual, estamos en la vida real, tenía que cooperar con todo para no salir lastimada de esta mierda.
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