México, 2020
Todo es mejor que estar encerrada. Los somníferos que nos proveen cuando no queremos hacer caso hacen que no sientas. Vives en un letargo de días hasta meses, pero no importa, nada importa. – ¡LA LIBERTAD ESTÁ CERCA! me repetía una y otra vez para no decaer. Cada semana veía como el cuarto se quedaba pequeño, cada semana había una "flor nueva", según Diosa, la estúpida dueña de este burdel de mala muerte ubicado en una "zona estratégica".
Una puta cueva de mierda, que no tenía luz natural a duras penas podíamos tener un baño para asearnos y no estar apestosas para los clientes.
