Me encontraba observando mi taza de café, mientras con mi otra mano leía una novela que ya había leído, esa era una costumbre
siempre releía libros
reveía películas, creo que encuentro una satisfacción en revivir momentos. La alarma me exalto, acostumbro a levantarme antes que suene y siempre olvidaba apagarla. Desde que me había mudado lo hacía, y no es algo que me molestara, bueno no a vecesHoy tenía que trabajar, entraba temprano por lo que me levante del sillón y me dirigí a mi cuarto para cambiarme el pijama, el departamento no era demasiado grande por lo que no recorrí mucho. Una vez cambiada me dispuse a buscar mis cosas, observe mi cuaderno morado donde solía escribir, dude en llevarlo, pero en ese instante mi amiga entro por la puerta, a veces se quedaba en mi piso, aquello sucedía cuando salía con su novio, al que sus padres aun no aceptaban del todo
- ¿Qué haces aquí? - me dijo sonriente, ni siquiera parecía que se había desvelado
- ¿aquí vivo no? - reí y tome mi mochila para asegurarme que tenga las llaves a mano
- no nena, me refiero a que ya es tarde, más de las 7:20
- claro que no - mire mi celular y confirme lo que me decía, que rápido vuela el tiempo - tengo que irme
- adiós- me saludo y fue directamente a dormir en el sillón
¿Quién se levanta temprano y llega tarde? la voz de mi conciencia se reía de mi
Cerré la puerta lo más rápido que pude mientras me colocaba mi bufanda, esperé el asesor y salí por la puerta principal del edificio, no sin antes saludar al portero.
El hospital quedas tan solo a unas pocas cuadras de donde me hospedaba, pocas cuadras si es que iba en bus o taxi, pero me gustaba caminar, siempre me gusta tomaba el camino más largo, aunque mi mejor amigo lo interpreta como si me gustara lo difícil.
Salía de la cafetería donde habituaba asistir, con un café en mis manos, una ráfaga de viento seguido de un motor acelerándose llamo mi atención, sabía quién era, auto gris y rápido
Daniel
en este momento no sabía si quería caminar rápido para entrar antes que él o caminar lento para no encontrármelo
o...
mientras pensaba las posibilidades me lo tope de frente
- Buenos días - me dijo con su sonrisa casi perfecta y burlona, llevaba anteojos negros y traje, no entiendo como alguien puede verse tan bien en las mañanas, mientras tanto yo llevaba un conjunto común
- Hola - trate de sonar relajada
- recién te levantas - me miro de arriba a abajo, no podía ver sus ojos a través del vidrio negro, pero lo supuse
- claro que no, solo me retrasé - subí unos escalones
- no era pregunta - comenzó a subir las escaleras conmigo y abrió la puerta para mi
no le conteste a su burla y entre, envidiaba como era por las mañanas, en teoría envidiaba su vida, estaba en último año de su carrera, vivía solo, tenía auto y la vida arreglada, desde que lo conocí me cayó muy bien, lo recuerdo en la cena en casa de sus padres, era una de las raras veces que mis padres me llevaban con ellos, recuerdo estar sentada aburrida en la sala mientras ellos bebían wiskhy, mis ojos estaban fijos viendo un cuadro demasiado extraño cuando el entro por la puerta prácticamente cayéndose, no hacía falta que lo dijiera, me di cuenta de que iba borracho, la situación fue graciosa porque mientras yo me reía de lo que decía, mis padres y los suyos lo miraban con desaprobación, desde ese día nos habíamos hecho amigos
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Unos ojos café's (terminada)
RomanceMia Evans es una joven fascinada del teatro, que se encuentra en esa dura etapa de la vida donde debe decidir sobre su futuro, enfrentándose a una de las más difíciles preguntas que un ser humano debe responder "quien soy" y "quien quiero ser" y tie...