¿Akatsuki son niñeras?

❚ Kakuzu

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Sakura se sentó en la mesa de la cocina, jugueteando silenciosamente con sus pulgares. Justo al otro lado de la mesa estaba Kakuzu sin su máscara y su capucha, contando el dinero de su recompensa más reciente. El dinero tuvo que ser deducido de las financias de Akatsuki debido a dos ocurrencias: Uno, la habitación de Deidara tuvo que ser reparada por numerosas explosiones inesperadas. Dos, la pared de la sala tuvo que ser restaurada porque Tobi fue culpado directamente de causar el incidente anterior.

"¿K-Kakuzu-san?".

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" ¿Qué?".

"Dei...Deidara-san dijo que tienes un mal temperamento. ¿Es cierto?" ella cuestiono dócilmente.

"Sí"

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Sakura volvió a mirar sus manos. Ella había estado en la base durante aproximadamente dos semanas y se había quedado con Tobi y Deidara todo el tiempo. En esas dos semanas ella había visto a Kakuzu contando dinero, anotando cosas en su pequeño cuaderno o discutiendo de forma extremadamente violenta con el hombre de cabello plateado.

"Papá dice que también tengo mal genio". ella murmuró.

Eso capto la atención de Kakuzu del dinero y levantó una ceja. "Me dijo que una vez me enojé y rompí su escritorio por la mitad".

Eso era difícil de creer teniendo en cuenta que el escritorio del líder estaba hecho de madera gruesa.

"Hm temperamento, dices..." penso Kakuzu en voz baja. Ahora un poco interasado, dejo su dinero y levantó los ojos para poner toda su atención en Sakura agachó aún más la cabeza como si fuera posible.

"Levanta la cabeza. No me gusta hablar con la gente cuando están sentados frente a mí"

Levantó la cabeza y sus mejillas se ruborizaron.

" L-Lo siento Kakuzu-san". ella dijo. Su cabeza podría estar levantada, pero sus ojos estaban pegados a la mesa, evitando su mirada. Kakuzu suspiro internamente. No era su intensión intimidarla a esta medida. Ella solo era una niña, después de todo. Él podría ser un hombre adulto sin mucha moral, pero asustar a niños pequeños no estaba en su lista de cosas por hacer.

Suspiró.

"Sakura, ¿Cuándo fue la última vez que te sacaron para ir al pueblo?" preguntó. Ella volteó sus ojos hacia el techo por unos instantes antes de mirarlo con tímidos ojos verdes.

"Yo... nunca he ido. Mamá y papá dicen que me quede aquí porque es seguro". Sakura murmuró. Kakuzu se deslizó fuera de su asiento.

"Vámonos, entonces. Tengo que hacer mandados y no puedo dejarte sola"

Una expresión de pura emoción brillo en su rostro mientras saltaba de su asiento y corría a su habitación.

"Dejame buscar mi chaqueta, Kakuzu-san". Ella llamó mientras corría por el pasillo. Kakuzu con una ceja fruncida la vio irse.

No hace falta decir que Sakura estaba totalmente extasiada por estar afuera en el frío, envuelta en su chaqueta roja y su pañuelo verde lima. Miro todo su alrededor con curiosidad mientras contemplaba todas las vistas y sonidos del bullicio de la vida civil. Pero no importaba cuan curiosa fuera, ella se mantuvo al lado de Kakuzu. Estaba agradecido de que ella no le diera una razón para que él le mantuviera un ojo constante. También se comporto bastante bien para su edad, permitiéndole hacer lo que tenía que hacer sin ningún problema. Ella era buena compañía, en realidad. Comparado con Hidan al menos.

Sintió un tirón en su capa.

"Kakuzu-san, ¿Qué es eso?"

Sakura señalaba un edificio donde se podían ver libros y más libros apilados en estantes un el interior.

"Esa es una biblioteca". Respondió, el interés despertó:
"Es un lugar donde puedes leer todo tipo de libros... ¿Te quedarías aquí mientras hago los últimos tramites? volveré dentro de una hora más o menos"

Ella le sonrió y asintió con entusiasmo antes de entrar corriendo.

Había tardado más de lo anticipado. Los últimos recados de Kakuzu le tomaron al menos tres horas en completarse. La noche ya había alcanzado la cresta en el horizonte y solo dejaba una franja rosa en el cielo lejano. Kakuzu regresó a la biblioteca y entró.

El lugar era bastante callado y solo estaba el bibliotecario, pero no a la vista. Un par de mesas estaban dispersas entre la habitación. También estaban desocupadas, salvo la que estaba en el rincón más alejado. Había una pequeña pila de libros en la superficie de madera con un toque de rosa al lado. Sakura estaba durmiendo en silencio con su cabeza enterrada en sus brasos. Kakuzu pasó una mano por su rostro enmascarado y la levantó.

"Mmm... ¿Kakuzu-san?". Ella murmuro atontada.

"Solo duerme. Te llevaré a casa"

Ella tarareo en respuesta mientras envolvía sus manos alrededor de su cuello y escondía su rostro en la unión de su hombro. Kakuzu se puso rígido ante su abrazo y abrió su boca para reprenderla. Después de una consideración rápida, cerró la boca y dejó escapar un suspiro casi silencioso.

Quizás, esta vez, podría dejarlo pasar.