¿Akatsuki son niñeras?

❚ Oscuridad

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"Sigue escalando árboles y tendrás más moretones". Zetsu dijo mientras miraba a la pequeña trepar las ramas de un enorme árbol situado en la colina. Sakura soltó una risita y siguió escalando más alto.

"¿Quién es el qué sigue diciendo que 'El único en el que puedes confiar es contigo mismo'?" Sakura recitó, lanzando su voz tan baja como pudo. Ella estalló en otro ataque de risitas antes de finalmente posarse en una de las ramas más anchas y contemplar los tonos de rosa púrpura en el horizonte. Zetsu suspiró y se sentó en la base del árbol.

"Esto es lo que tienes por contarle un montón de tonterías, cállate. No necesito escucharlo de ti"

Miro a las dos cestas a su lado, ambas llenas de arándanos. Temprano en el día, Sakura lo había arrastrado a recoger esas frutas maduras. Lo acepto, pensando que solo tardaría treinta minutos o una hora como máximo. Ciertamente no anticipó pasar toda la tarde recogiendo arándanos y hablando de pequeñas cosas caprichosas. Zetsu suspiró por segunda vez. En realidad, nunca había previsto pasar gran parte de su tiempo con una niña pequeña. La situación era casi imposible.

"Zetsu-San, viste esa mariposa en los arbustos, ¿Verdad? ¿Y estalló fuera de la concha? ¿Porqué hizo eso?" Sakura cuestionó.

"Esa mariposa fue la oruga con la que hiciste amistad hace un tiempo. Recuerda que dijiste que desapareció y que todo lo que había dejado era esa extraña costra verde. La oruga se convirtió en esa concha antes de convertirse en la mariposa"

Alzo la vista y miro la cara de Sakura llena de asombro.

"Increíble..." ella murmuró. Se inclinó sobre la corteza y miro hacia las hojas verdes sobre ella. Sakura extendió la mano hasta que las puntas de sus dedos sintieron sus superficies cerosas. "Zetsu-San, ¿Eres feliz?"

Inclino la cabeza hacia un lado mientras cruzaba los brazos detrás de la cabeza.

"... No sé. No fui hecho para ser feliz"

Sakura no sabía porque, pero su respuesta hizo que su corazón se sintiera triste. Se quedó sentada en la rama de ese árbol un buen tiempo antes de poner su mejor sonrisa.

"¡Bien, estoy feliz, Zetsu-San!" ella chirrio. Lentamente comenzó a caminar por el árbol con Zetsu mirándola cuidadosamente, asegurándose que no cayera.

"¿Oh?"

"¡Sí! ¡Estoy feliz todo el tiempo! Puedo pasar todo el tiempo con mamá, papá, Deidara-San, Tobi-San, Kakuzu-San, Itachi-San, Kisame-San, Hidan-san, Sasori-San, y tú, Zetsu-San! ¡Amo a todos y soy tan afortunada de tener gente tan maravillosa en mi familia! ¡No me importa lo que diga la gente de ustedes!"

Ella ya estaba a la mitad del árbol cuando Zetsu levantó una ceja.

"¿Qué es lo que dice la gente de nosotros?"

"Cuando fui a comprar comida con Kisame-San, él hizo este jutsu que lo hacía verse diferente, pero yo me quedé igual. Y unos muchachos que estaban hablando de que 'katsuki no eran buenos' y que son 'personas horribles' y son 'monstruos', pero sé que eso no es verdad".

Sakura estaba ahora firmemente en el suelo con sus pequeñas manos cerradas en puños. Su rostro estaba enrojecido por la ira y sus ojos estaban absolutamente furiosos.

"¿Porqué la gente tiene qué hablar mal de ustedes?" Ella exclamó. Su voz chirriaba al final de las oraciones, "¿Porqué la gente dicen que te odian? ¡Ni siquiera te han conocido antes, así que no deberían estar diciendo cosas tan malas!"

Las lágrimas comenzaron a formarse en las comisuras de sus ojos, y por primera vez, Zetsu se sintió un poco asustado y sin saber que hacer. Él se agachó y le secó las lágrimas de los ojos con la manga.

"No necesitas llorar...." intento. Sakura sollozo.

"P-pero ¿Porqué tienen que decir eso? Ustedes no son malas personas, sé que no lo son... todos son amables y 'buenos' ¿Porqué nadie puede ver eso?"

Había pasado mucho tiempo desde que Zetsu había sentido algún tipo de culpa. Talvez incluso era su primera vez. Aquí estaba esa niña ingenua que lloraba por que eran buenas personas, aunque no era verdad, y no podia obligarse a contarle algo diferente. Se frotó los ojos con el torso de la mano para tratar de detener las lágrimas, mientras Zetsu iba a recoger las canastas con arándanos. Él le extendió su mano libre para que ella la agarrara. Ella lo miró con los ojos enrojecidos e hinchados.

"Vamonos a casa. Haremos un pastel de arándanos para que todos coman. ¿Te gustaría hacer eso?"

Una sonrisa tambaleante surgió sus mejillas manchadas de lágrimas.

"Sí ".

Mientras caminaban juntos a casa, Zetsu no podía hacer que la sensación de culpabilidad le abandonara el estómago. Sabía que los Akatsuki no eran buenas personas en absoluto, incluido el mismo. No sé merecían esas lágrimas.

Y estaba seguro que no se merecían su amor incondicional.

Hola!!! Como están???.

Quiero decir que ya he subido otra historia es esta: