Accion y reaccion.

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Muchas gracias por todo el apoyo que está recibiendo este triste intento de historia.

Como siempre los personajes no me pertenecen yo solo los ocupo sin fines de lucro.

Capítulo VIII. Acción y reacción.

El calor de lo que fue la pasta sobre sus pies fue completamente irrelevante para la quinto espíritu, aun cuando esta estaba lo suficientemente caliente como causarle una gran quemadura.

Y todo porque sus pensamientos estaban en otra parte, que significaba lo que acababa de escuchar, no supo en que momento sus pies le hicieron alejarse cada vez mas de aquella mujer que le tendía la mano, aunque lamentablemente ahora no era por el temor a dañarla, era mas que eso, sus ojos no podían dejar de ver la piel de sus brazos, su misma mente trataba de mentirle haciéndole creer que no tuvo oportunidad de hacerle daño, sin embargo apenas agacho la mirada, los pedazos completos de piel congelada a sus pies le hizo volver a la realidad de lo que estaba pasando.

- ¿Que eres?

Los ojos de Anna brillaron por el dolor de tan simple pregunta, ¿cuantas veces se había tenido que hacer la misma pregunta?, su corazón se encogió y una pequeña voz en su cabeza le reprochó el haber confiado en ella, ¿por qué siquiera había pensado ella seria diferente a todos aquellos que la habían visto tal cual era?

Quería llorar, en verdad pese a lo estúpido que sonara, quiera creer que ella no estaba sola en el mundo, quería soñar que algún día llegaría esa persona que montado un corcel le haría ver que no tenía que sufrir nunca mas a ello que tanto le temía, la soledad, que no importando nada estaría a su lado, grave fue su error, al pensar que aquella mujer de cabellera platinada, seria su caballero de brillante armadura, que seria el héroe que la ayudaría, que ilusa había sido, ¿cuándo aprenderá? Y pese a todo la única culpable había sido ella misma, al pensar que aquella mujer con la habilidad de controlar el hielo, era igual a ella, estúpida e ilusa Anna. Pero sobretodo no le daría el gusto de ver sus lágrimas, no se volvería a mostrar, bueno, por lo menos no ante ella.

La cobriza dio un paso hacia atrás, y tomo los utensilios para poder limpiar, una escoba y un recogedor, mientras limpiaba el producto de su esfuerzo que ensuciaba su piso, su mente comenzó a idear que hacer, aunque por una vez no era decisión suya, si Elsa quería permanecer en la misión que al parecer tenía la ayudaría hasta donde pudiera, sin embargo si lo que deseaba era irse, con una sonrisa la despediría, incluso un pensamiento cruel cruzo su cabeza, dejar que fuera destruido el bosque, aun mas, ser ella participe directa de ello, que mayor placer pagarle con sufrimiento lo que le hizo sentir, pero casi cuando la idea estuvo completa la desecho por completo, ella no quería verla sufrir ni mucho menos quería que lo hiciera.

- No lo se. - respondió desde el fondo de su corazón, sin atreverse a levantar la mirada ante la platinada. - Solo soy Anna Summer.

Tarde se dio cuenta de su error Elsa, cuando ambas se sentaron en la mesa, y la poca familiaridad que habían tenido se vio destruida por sus palabras, o peor aun por sus acciones, ella había sentido en carne propia lo que era ser diferente, el no sentirse parte de nada, y ahora la mujer que tenía frente suyo ni siquiera la miraba por hacerle sentir lo mismo.

El pastel de carne que había preparado Anna fue de las comidas más amargas y difíciles de digerir que había tenido la desgracia de probar, cuando su celular sonó agradeció a cualquier Dios por su ayuda, levantándose de la mesa camino hasta su alcoba, para poder contestar con un poco de privacidad.

- ¿que sucede? - No se molestó en hacer sonar su voz menos enojada o herida de lo que se sentía.

"Buenos días a ti también" la voz de la que podría ser su única amiga no le hizo tranquilizarse, y sin embargo no podía desquitar sus frustraciones con Mulan.

- Perdona si, pero que mis vacaciones se vieran interrumpidas me tiene todo menos feliz. - Trato de excusarse, aunque posiblemente una vez la viera frente a frente, supiera que estaba mintiendo.

"Lo se, ya tenía pensado un viaje solas a las Bahamas."

Sonrío ante la imagen de la azabache en traje de baño, sentir sus dedos entre sus músculos tensos por todo lo que había de hacer, aunque sabía que el amor que recibía de ella solo podía ser de amistad.

"En fin" Anna se reprocho no haberle respondido nada, no podía ser mas obvia claramente. "Te llamaba por si quieres ir por un café antes de que empiece la jornada laboral"

- Me encantaría, Dios sabe lo mucho que agradeciera un buen chocolate ahora mismo.

"Perfecto, en viente en Oaken's"

- Te veo allá

Aun a través de su celular podía sentir la sonrisa de la azabache. "Maneja con cuidado"

- No te preocupes, no te desharás de mi tan fácilmente.

Al no recibir repuesta, supuso que era demasiado pronto para hacer bromas sobre lo que había sucedido hacia poco mas de un mes. Pues en la madrugada de lo que fue una noche de chicas en el departamento de Mulan, para no hacer algo de lo que se pudiera arrepentir, decidió tomar su camioneta en turno y manejar hasta su departamento por las calles húmedas de Arendelle, sin embargo, sus reflejos intoxicados por el alcohol, le hicieron perder la noción de la velocidad, y antes de darse cuenta, las llantas derraparon volcando el vehículo, debía decir que sentir como muchos de sus huesos se fracturaban al mismo tiempo, incluyendo su cuello, y salir por el parabrisas, no fue la mejor de las experiencias, y lo peor de todo no fue ese dolor en particular, fue ser llevada a urgencias y tener que ver el dolor en el rostro de Mulan al saber que había tenido un accidente, sentir como tomaba su mano entre las suyas, y agradecía poder seguir viéndola, seguir teniéndola a su lado, como las lágrimas mojaron sus mejillas cuando pese a la negativa del doctor la abrazaba.

Después del breve recuerdo, se apuró a bañarse y arreglarse para poder ir con su amiga, sin embargo apenas estaba a punto salir, vio a Elsa seguir sentada en la mesa de la cocina, aun con el plato frente suyo.

Sus miradas se conectaron, y pese a que se rehusaba a caer nuevamente ante ella, Anna juro ver arrepentimiento en su mirada.

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