La galaxia de la canica

Otro sendero que recorrer

A Sara le pareció bastante extraño el líquido, pero decidió guardárselo en su nueva mochila, donde acomodó a Keg para que no se cansará durante el largo viaje que les quedaba por hacer. Al acabar de hablar con Ilen, volvieron a la aldea, donde les regalaron un montón de comida por si tenían hambre durante el camino y una cantimplora, con algún tipo de encantamiento que hacía que el agua en su interior no escaseara en ningún momento o lugar. Después de guardar todo lo anterior,Sara y Keg se dirigieron a la salida y se encaminaron por un estrecho sendero  hasta un enorme lago, dejando atrás la aldea. Llevaban un rato caminando y  seguía haciendo calor,no tanto como en el bosque en el que apareció, pero todavía bastante así que decidieron parar para comer. Sara cogió un trozo de pan que parecía recién salido del horno, aunque llevaran caminando un buen rato, y se lo dio a Keg, que lo aceptó con gusto; además cogió unas galletas que le había cocinado una anciana de la aldea y se las comió con un poco de leche que tenía en una cantimplora igual que la del agua. Descansaron un poco sobre una piedra alargada que había cerca del sendero, Keg se acurruco en las piernas de Sara y se quedó dormido. Al ver esto, Sara decidió quitarse la mochila y apoyarla en la piedra para acomodar a Keg, ella decidió acostarse en la piedra, para observar las extrañas nubes de ese lugar, con aspecto sólido y que cada uno veía de un color y forma, tapando los dos soles que se alzaban en el cielo para dar luz a todo el planeta.