Capítulo 3

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Mierda, este dolor es agudo y molesto, ayer a la hora de salida cuatro gatas me agarraron a golpes por haber, "insultado" al profesor de filósofa. Juro que trate de defenderme, pero se hubiera visto bastante mal peleándome yo con una chica, jamas lo haría, en serio. Estaba acurrucado en mi cama abrazándome a mi mismo para calmar un poco el dolor, no me dieron en la cara pero si tenia varios moretones en los hombros por los golpes que recibí con los zapatos escolares.

Estaba enojado, pero, por mi, no podía calmar este dolor y mañana tenia clases, ¿por qué no me agarrón en viernes, a ver?

—Hijo, —Tocaron a la puerta. —¿Puedo pasar?

—Adelante. —Dije con un quejido, mi madre entró junto con mi hermano, él, estaba grabando con su teléfono y burlándose de mi. —¡Quita eso de mi cara! —Grite tomando una almohada y aventándosela a la cara, mamá la esquivo pero el imbécil de mi hermano no.

—¡Oye, no es mi culpa que unas colegialas te hayan agarrado a golpes! —Volvió a carcajear.

—Hyung ya basta, mejor baja a la cocina y trae unos calmantes, están en los estantes. —Mamá llegó a mi sentándose a la orilla de la cama comenzando a acariciar mi espalda.

—Sí, porque este se nos muere por unas zapatillas. —Hice la señal de que me levantaría a golpearlo a lo que él solo alcanzó a girarse y estamparse contra la puerta. —¡Imbécil! —Me reí.

—¡Cállate! —Grito agudizando la voz y se fue.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó mi madre sonriendo, haciéndome sentir ese calor maternal que solo ella tiene.

—Para ser sincero, he estado mejor. —Me burle, ella soltó una risita.

—Bueno, al menos no te golpearon en el rostro.

—Sí. —Sonreí —¿Papá aun no llega?

—No, —Deslizó su mano por su rostro frustrada. —Ha estado muy ocupado, y es entendible, pero aveces hace falta como la figura paterna que debe ser para ustedes.

—Sí, entiendo. Tú eres una gran mamá y gracias a ti no necesito del todo a mi padre.

Ella volvió a sonreír y acaricio nuevamente mi espalda.

—¡Mamá! —Gritaron desde la planta baja. Ambos giramos nuestra vista hacia la puerta de mi habitación. —¡Mamá!

—¡¿Qué?!

—¡Me atore! —Grito Hyung, yo sólo reí a carcajadas.

—Deja voy, que este niño se volvió a atorar con el mango de la escalera. Descansa, al rato traigo tu medicamento. —Me beso la frente y camino hacia la puerta cerrándola tras de ella.

—¡Hyung no puedo creer que seas tan distraído! —Los escuche gritar. Volví a sonreír como imbécil.

Ah, mañana de nuevo a la escuela, dormire ahora mismo a ver si me repongo de los golpes que me dieron.

A la mañana siguiente hice mi rutina como siempre, está ves iba solo hacia la escuela pues Hyung descansaba hoy. Llegue lo mas normal que pude, pensaba que sería la burla hoy pero parece que nadie se entero de lo que pasó, mejor para mí.

—¡Mark! —Gritó mi mejor amigo acercándose a mí.

—Hola imbécil, ayer me dejaste bastardo.

—Si no la pasaste mal. —Me guiño el ojo, me detuve en seco y lo mire algo asustado.

—¿P-por qué lo dices? —¿Se habrá enterado de lo que paso con el profesor?

—Escuché que estuviste con unas colegialas ayer. Pillo. —Suspiré aliviado. —¿Qué tienes?

—Nada, y sí, eso pasó.

—¿Solo eso?

—Hmm, si. —Adelante el paso.

—¿A dónde vas? —Preguntó.

—¿Al salón? —Me gire enmarcando una ceja —¿No es obvio?

—El profesor de español faltará esta semana, así que tenemos dos horas libres, iré a desayunar al patio, ¿vienes?

—Nah, me quedaré a hacer lo de matemáticas.

—Chico listo. Me lo pasas.

—En tus sueños. —Dije y entre al salón, y vaya mi sorpresa, estaba el profesor Park dándole lecciones a una chica. Me sentí algo celoso puesto que ella estaba muy cerca de él, me acerqué algo molesto y abrace a la chica por la espalda. —¡Hola Carley! ¿Qué haces? —Ambos me miraron sorprendidos.

—Mark, que susto. —Dijo la pelinegra. —Estaba preguntándole algo al profesor.

—¿Tan descubierta? —Dije y le agarre los pechos, así me llevo con las chicas.

—Imbécil, ¿que haces? —Dijo riéndose. —No, solo tenia una duda.

—¿Y porque no me preguntaste a mí?

Levante la vista para ver al profesor que estaba sólo ahí mirándome seriamente.

—Porque no te encontré. Pero el profesor ya me explicó, gracias profesor Park. —Sonrío y tomó sus cosas.

—Me alegro haber respondido tu duda.

—Si bastante. —Dijo esta descarada. Me aparte de ella y me hice a un lado. —Adiós profesor, bye Mark.

Se despidió con un ademán y yo también. Cuando por fin salio volví a mirar al hombre frente a mi.

—¿Qué fue eso? —Pregunté furioso.

—¿De qué habla alumno? —Se hacia el tonto conmigo.

—¡Pues eso! "¡Me alegra haber respondido tu duda!" —Lo imite.

—La lamento, pero es lo que un profesor hace. —Sonrío de medio lado y se sentó en escritorio.

—¡No, tu no eres profesor! Eres un pervertido. —Me miró fijamente y volvió a levantarse. —¡Sí, eso eres! ¡Primero estás tocándome y luego coqueteas con tus alumnas!

Este me tomo fuertemente del uniforme, ¡¿otra vez?! Rayos, su agarre era rudo. Me acercó a él hasta estar a pocos centímetros de su rostro.

—No querrás que tu linda estrella del alumno ejemplar se caiga por estar jugando con tu profesor, ¿o sí? —¿Eso era una amenaza? ¡Me amenazo!

—Oiga, el único que se meterá en problemas sera usted, metiéndose con el hijo de director.

—Quizás recaiga en el director y en la mala fama que le va a dar su hijo, ¿qué dirán los noticieros? ¡Oh, no! El profesor que contrato jugando con su hijo.

—¡Tu iras a la cárcel por eso! ¿Metiendote con un menor?

—Uh, y adivinen, quien provoco al profesor, el alumno ejemplar que es la mascota de todos los profesores, que mala fama.

¡Me tenia! Este imbécil me tenia contra la espada y la pared! Me soltó suavemente de su agarre, yo solo agache la mirada.

—Así me gusta.

Ahora yo lo tome del saco y lo estampe contra la pared, él me miraba sorprendido.

—Escucha imbécil, con mi familia no te vas a meter, y menos conmigo, porque puedes sonar amenazador pero perro que ladra no muerde, y yo lo que digo hago y no te tengo miedo, ni a ti ni a nadie. —Lo solté, subí las agarraderas de mi mochila y lo volví a mirar. —Nos vemos bebé —Le solté un beso y salí del aula.

Camine por todo el pasillo desierto y me detuve en una esquina.

—Ah...voy a vomitar. —Me recargue contra la pared y respire agitado —Ay, me voy a desmayar...

Dios mio, fue tan rápido que cuando me di cuenta ya me estaba muriendo, ay dios, me voy a desmayar en serio.

¡Ayuda, me gusta mi profesor! [Yaoi/Gay] [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora