CHAPTER 1: ASSASINS SHADOWS

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"Hoy es una noche fría, oscura;los abismos de concreto reciben un viento furioso imperdonable que quiere arrancarnos y romper nuestra fe...

 Esta es una ciudad maldita, llena de sangre en las manos de su gente, una ciudad que olvidó lo que es la piedad... Yo soy solo un peón más en este enorme juego siniestro de ajedrez... Para una noche oscura y helada, un soldado nocturno, una sombra que pueda atravesar las paredes y derribar a los pecadores.

 ¡Estoy cansado de ser un peón más!... Dejaré de serlo... Comenzaré a moverme, avanzar poco a poco y asesinar al rey... Para una noche fría, un asesino sin remordimientos... Venganza... Es la única idea que cruza por mi cabeza, es la única razón por la que vivo. 

El odio sigue creciendo en mi interior, conforme crece ese odio mi vida se escapa... Para una ciudad invadida de sangre existe un odio enraizado en lo más profundo de su alma, para una ciudad sin piedad, maldita,un cazador de cabezas...

 Las sombras son mis aliadas, entre ellas me muevo, entre ellas observo, con ellas vivo y a través de ellas llevare mi venganza; Mi nombre... Es Lo que menos importa, mi deseo... Vengar a mis padres."

Ha sido una noche lluviosa, severa; el viento arranca de las manos de varios rostros frustrados los paraguas, dejando que la tormenta, burlona, los bañara con mayor fuerza; Nueva York sigue siendo una ciudad de contrastes,  la ciudad de  los cañon...

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Ha sido una noche lluviosa, severa; el viento arranca de las manos de varios rostros frustrados los paraguas, dejando que la tormenta, burlona, los bañara con mayor fuerza; Nueva York sigue siendo una ciudad de contrastes, la ciudad de los cañones de concreto, de los abismos de luz, donde los callejones están invadidos de una silente oscuridad llena de suciedad y podredumbre; en los muelles sucios y mohosos de la terminal marina de South Brooklyn, el carguero Saint Johns es recibido por varios representantes de la Zatanus corp, que están ansiosos por el paquete que recogerán, su nerviosismo es evidente para la tripulación del carguero que observan cómo en toda el área del puerto, se encuentran dispersos varios miembros del equipo de seguridad de la empresa.

- ¿Por qué la seguridad? – Joseph Wallace observa a los mercenarios rodeándolos, mientras enciende un nuevo cigarrillo.

- Por las recientes incursiones... Quizá escuchaste en las noticias sobre varios incendios en algunos almacenes y laboratorios de Zatanus Corp aquí en Brooklyn y en el Bronx.

- Creí que habían sido accidentes.

- Así decidieron manejarlo frente a los medios - Con un saludo, Leight Hawthorne da la orden para bajar la mercancía, unos metros atrás, las grúas son activadas acercándose para enganchar las cajas metálicas.

- ¿Saben quién los provocó?

- Aún no han encontrado al culpable o los culpables de estos ataques.


Los miembros de seguridad se mantienen alertas a cualquier movimiento, la idea de que un grupo de personas apareciera y los atacara les parecía ridícula, la lluvia sigue implacable, cayendo a momentos con más fuerza e impidiendo la visibilidad en el puerto. El ruido de las ratas corriendo por los atracaderos podía percibirse, inquietando a Hawthorne que desea terminar con este trabajo, las grúas trabajaban con prisa, bajando una tras otra las cajas metálicas y apilándolas a un costado del crucero, donde Wallace revisa que los sellos sigan en su lugar.

DARK SHADOW. Sombras al acechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora