Wings |STEREK|

Capítulo 6

Maratón 3/3

Stiles está preocupado, Derek lleva mucho tiempo en el baño, intenta no pensar en lo que ha pasado cuando se han abrazado, pero sentir a Derek duro por su causa le ha dado que pensar, tal vez, el lobo sienta algo por él, pero Stiles no sabe como dar el paso para pedirle una cita.

Derek sale del baño veinte minutos después, vistiendo unos pantalones de deporte grises y una camiseta de astas blanca, aún con la barba, Stiles puede ver el sonrojo en las mejillas del lobo. Derek tiene el ceño fruncido mientras camina hacia Stiles, pero parece decidido.

—¿Quieres que entrenemos? —Pregunta Derek, y Stiles está un poco decepcionado porque parece que no van a hablar del tema, pero asiente y Derek enarca una ceja mientras mira a Stiles. —¿Vas a dejar que tus alas salgan?

—Oh, sí. —Dice Stiles, aún pensando en lo que ha ocurrido antes, pero se quita la camiseta y cierra los ojos para dejar que sus alas se desplieguen en mitad del salón de Derek, quien abre sus ojos y parece aún más avergonzado cuando no puede apartar la mirada de las alas marrones. —¿Empezamos?

—Si, vamos a comenzar. —Dice Derek, y tarda unos segundos en concentrarse lo suficiente en Stiles y en cómo enseñarle a pelear sin hacerle daño. Pero no para de desconcentrarse cada vez que siente cómo un rayo de luz que entra por los ventanales se refleja contra las alas de Stiles, desconcentrándose a cada momento, haciendo imposible poder enseñar a Stiles. —Esto no está funcionando, lo siento Stiles, yo...

Derek gruñe antes de salir corriendo del loft, saliendo del edificio y yendo directamente a la Reserva para correr mucho más rápido, sentir sus músculos forzándose a ello para no pensar en la vergonzosa tarde que ha tenido, desde la charla con el Sheriff a lo que ha ocurrido con ese abrazo.

De un salto, sus ropas se desgarran y se convierte en un lobo real, aúlla y sigue corriendo por el bosque hasta que cae en la cuenta de lo estúpido que es. Ha dejado a Stiles solo cuando hay un cazador de ángeles buscándolo.

Derek corre de vuelta al loft, sintiendo que acaba de liarla.