Encuéntrame.

Capitulo 4 - Ojos azules

Un ruido interrumpe la tranquilidad de mi sueño y a mi izquierda puedo ver una silueta entrando por la ventana, desde la oscuridad de la noche hasta mi habitación. Grito por el miedo que me causa esa situación, pero el sujeto corre hacia mi y cubre mi boca con sus dos manos.

-Shh. Ana, por favor no grites. Soy yo, Connor. – susurra en mi oído tratando de tranquilizarme, pero yo no puedo evitar sentir escalofríos al sentir su aliento tan cerca de mí. ¿Se supone que conozco a este hombre? ¿Por qué me llama Ana?

-Por Dios Ana, mira como te dejaron. – dice al ver las puntadas en mi frente. - ¿Me recuerdas? - le niego con la cabeza, mientras sus manos siguen impidiendo que haga cualquier sonido.

- Quitare mis manos, pero no grites ¿okay? Confía en mí, por favor. –

No conozco a este hombre, ni siquiera puedo verlo por lo oscuro que esta ¿Debería confiar en él? Probablemente no, pero me llama Ana y algo me dice que él puede tener información que los doctores no pueden darme.

- ¿Nos conocemos? ¿Qué haces aquí? –

- Ay no puede ser... Espera, prenderé la luz. –

Mis ojos tratan de enfocar por el repentino cambio de luz, y volteo a ver al hombre que se sienta a la orilla de mis pies. Miles de imágenes comienzan a llegar a mi mente, todo un caos que trata de decirme algo. Un auto, un choque y esos ojos azules. Es él...

-Eres tú... eres el hombre que me trajo al hospital. –

-Soy más que eso, pero no hay tiempo de explicar. Ponte esto, tenemos que irnos. – Me dice sacando ropa de su mochila.

- ¿Qué? ¿De qué hablas?

- Ana solo haz lo que te digo, por favor. - Dice molesto y se voltea para que yo me cambie. Me quito la bata del hospital y me pongo la blusa, pero suelto un jadeo al intentar ponerme el pantalón. Mi rodilla no se ha recuperado del todo y no puedo hacer esto sola.

- ¿Puedes ayudarme? -

-Será difícil sacarte de aquí. –

Después de que me ayuda a vestirme, entra al baño de la habitación y sale con un uniforme de enfermero. ¿Acaso ya tenía esto planeado? Pero lo más importante, ¿por qué?

Me toma en sus brazos, me sienta en una silla de ruedas y enreda mi cuerpo con una manta.

-Ana, te sacare de aquí. - lo dice con tanta determinación mientras abre la puerta. El escape comienza.