⌗ fairy tale 𔘓 viseul

𝒋𝒐𝒍𝒊𝒆 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒆𝒔𝒔𝒆 ⚝

LINDA PRINCESA

Después de ese día, constantemente Haseul y su madre iban a visitar a Kahei un rato por las tardes, jugaban y se divertían juntas, y siempre al final del día las dos terminaban totalmente exhaustas. En tan solo un mes las dos niñas se habían vuelto inseparables, tan así que en esos días en que no podían verse siempre hablaban por teléfono y se reían hasta el cansancio.

Ese día, Kahei regresaba de la escuela demasiado feliz. Había sacado una buena calificación en el examen que tanto le había costado hacer, y en el receso estuvo hablando con uno de sus compañeros de clase, Wonwoo. Ambos compartían el mismo amor por los libros, al igual de que eran totalmente callados y tranquilos en clase, él era una buena compañía, se sentó a su lado en la banca y leyó junto a ella uno de sus libros favoritos. No se había sentido tan sola a comparación de las otras jornadas escolares.

Camino a casa, se dedicó a observar a través de la ventana del auto, justamente pasaban por fuera del gran parque que había en el pueblo. Se sorprendió al ver que a esa hora ya estaba bastante lleno, los niños corrían unos detrás de otros intentando atraparse, sus madres los observaban desde las bancas mientras charlaban con sus amigas, pequeños grupos de estudiantes sentados en el césped compartiendo un poco después de clases, etc. Habían muchas personas, y todas parecían felices. La amplia sonrisa que llevaba antes se desvanecía poco a poco, recordaba las innumerables veces que le había suplicado a su madre pasar por ahí y jugar un poco, pero siempre obtenía un no por respuesta.

Antes de conocer a Haseul, lo único que le permitían jugar era a las muñecas junto a sus primas, a las cuales no veía diariamente. Siempre estaba aburrida y sin ganas de salir de su habitación, su madre jamás se daba cuenta de eso, porque a sus ojos ella siempre luciría cómo una perfecta princesa. Ahora que tiene una verdadera amiga, se pasa las tardes pegada a la ventana que da a la calle, esperando a que la menor llegara, no podía evitar sentirse emocionada ante la tentadora idea de jugar y sentirse libre una y otra vez, hasta que sus piernas dolieran.

Ese parque era un lugar desconocido para ella, un lugar el cual podría explorar un millón de veces si quisiera y no se cansaría jamás, era enorme y tenía bastante espacio para jugar y cometer todas las locuras que pudiera. Solía imaginar eso a veces, cuando su madre le leía uno de sus aburridos cuentos de hadas. Y había algo que la emocionaba aún más de esa fantasía. Haseul estaba siempre junto a ella, jugando, saltando y riendo de la forma más adorable posible, causando que a Kahei le dieran unas inmensas ganas de llenarla de besos y cariños, aunque obviamente su madre no se lo permitiera.

Sin darse cuenta, el auto ya había parado en frente a su casa. Le agradeció al chófer por traerla y bajó de mala gana, llegando hasta la entrada y tocando la puerta. Lo primero que vio fue la hermosa sonrisa de Seulgi, haciendo que se calmara un poco y volviera a sonreír.

Seulgi era una persona importante en su vida. Desde que había nacido ella estaba ahí, pasó junto a ella todos esos años, prácticamente la había criado. Aunque ella era y seguía siendo muy joven, debía admitir que era mejor enseñando y dando consejos que su propia madre, la cual casi nunca pasaba tiempo con ella. La joven mujer tenía la orden de pasar con Kahei todo el día, supervisando cada cosa que hiciera. Obviamente Seulgi jamás hacía eso, y aprovechaba al máximo el tiempo en el que la señora Wong no estaba en casa junto a ella.

Kahei tenía extremadamente prohibido entrar a la cocina, por lo tanto, no podía ayudar a Seulgi y a Hyojin —la otra empleada de la casa—  a preparar la cena. Cuando su madre salía, aprendía a cocinar con sus dos amigas. De cierto modo, las tres tenían bastantes cosas en común, pero había una la cual destacaba más que las otras, y era que las tres le temían bastante a la señora Wong, porque cuándo se enojaba, era imposible parar ese carácter fuerte que tenía.