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Estaba durmiendo plácidamente, hasta que mi profundo sueño fue interrumpido por unas manos que pasaron por mi abdomen; debido a la somera sensación abrí los ojos viendo la silueta de una persona que no reconocí del todo, cosa por la cual los mismos casi salen de sus cuencas, pues me sentía atacado en lo más íntimo. Levantándome altamente alarmado tomé al gracioso de la camisa sacudiendolo con todas mis fuerzas, me encontraba dispuesto a romper en dos su rostro por atreverse a tocarme mientras dormía.

Estaba seguro de que era Jaebum.

Temprano, cuando estábamos repartiendo las habitaciones, era él quien se había mostrado más interesado en compartir lugar conmigo, siendo yo quién me negué absolutamente a aceptar algo igual, y más, cuando sabía perfectamente con qué propósitos lo hacía o pretendía lograrlo. Al final simplemente opté por una pequeña habitación en la primera planta, enseguida de la de Kihyun.

— ¡Hoseok, Hoseok. Soy yo, soy yo! tranquilo. — su voz era bastante baja, pero aún en medio de mi inmensa ira pude reconocer de quién se trataba. Me detuve de sacudirlo como a un muñeco y arrugué todo el rostro tratando de entender. 

— ¿Hyungwon? — sus manos agarraron mis muñecas y presionaron hacia abajo haciendo que lo soltara, él atinó a darme un beso en los labios y lo aparté evitandolo por completo. — ¿enloqueciste? ¿Qué si te hubiese matado? Maldición, no lo vuelvas a hacer... Creí que era Jaebum que se había salido de sus cabales.

— yo mismo lo habría matado con mis propias manos de ser necesario. — tirándome en la cama de nuevo cubrí mis ojos con el brazo derecho y pasé saliva nervioso siendo consciente, casi en seguida, de que estaba en la misma habitación junto a Hyungwon.  

— ¿qué haces aquí? — tomando lugar a un lado Hyungwon dio besos sobre mi hombro; por mi parte, me alejé dándole la espalda ignorando el cosquilleo en mi estómago y la parte en que había sabido besar con tanta dedicación. Se sentía como si no fuera a tener ninguna voluntad frente a él. Nunca la tuve.

— te extraño mucho, Hoseok. — alejé su mano que tenía ya entre mis pantalones, hice que dejara de agarrar mi trasero de la manera tan sugestiva en la que lo hacía y me moví muchísimo más hacia el extremo izquierdo de la cama marcando una distancia considerable.

— No estoy de humor para esto. — se lo deje claro de una vez. Lo necesitaba, sí, pero no quería ser la persona a la que Hyungwon acudía por un poco de lo que quizá no tenía con su prometida; quería a Hyungwon por completo y no estaba siendo él justo al dejarme de lado cada que no me necesitaba, no era como había prometido serían las cosas y eso me molestaba demasiado.

— ¿no estás de humor? — su voz burlesca y oscura me hizo cuestionarme tantas cosas — temprano parecías muy bien, pero ahora simplemente ¿no estás de humor?   

— regresa a tu habitación y déjame dormir en paz. Mañana saldremos a explorar y lo último que quiero es parecer cansado. — escuché un suspiro de su parte, era uno pesado que me creó un nuevo agujero en el pecho. Por alguna razón ahora un simple gesto de desánimo suyo me producía un millón de sentimientos melancólicos que no me dejaban pensar ni reaccionar más allá de lo contrario a la felicidad.

Nunca antes habíamos sido así, pero ahí estábamos los dos siendo de esa manera el uno con el otro.

— Tú tampoco has hecho nada para alejar a Jaebum. — su reclamo estaba fuera de serie, casi pude sentir como el enojo crecía dentro de mí y se alojaba en mi cabeza; quise gritar, pero estaba seguro de que nadie tenía idea de que él estaba aquí por cuenta propia, así que susurré con la mandíbula apretada deseando, por favor, se diera cuenta de todo el cinismo que estaba usando para comparar dos situaciones que no tenían nada que ver una con la otra.

11:11 [2WON/HyungWonho] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora