Epitafio

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-"¿Conoces...el dolor...?"- El demonio musitó con trauma, yacía sentado sobre una lápida cuyo epitafio marcaba su nombre. De súbito una voz ténue resonó, era un virtuoso hombre que apenas podía comprender lo que tenía a la vista, otorgando una efímera respuesta al vacío engullido por la oscuridad del cementerio.

-"¡Claro que lo conozco! es más, todos lo conocemos"- Tras espetar, no tardó en notar que el lúgubre y sórdido desprovisto de humanidad poseía un semblante agónico, con una fisonomía preternatural, y acaeciaba a abrir sus ojos y dilatar su mandíbula. El hombre no pudo parapetarse de lo que empezaba a vislumbrar; atónito, su cuerpo se había anquilosado y su único bálsamo fueron los vestigios de sus seres queridos, a quienes quería devuelta.

-"Pero tú no has muerto..."-

Curiosidad En La Carretera Y Otros RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora