Paranoia

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Los miro a las 10:30 siempre desde la ventana entre abierta y con las luces apagas, sé que ocultan algo, porque a estas horas en su casa se escuchan ruidos extraños, gente recitando: "derrama de tu sangre", una señora anciana de traje, es la primera en llegar. Después más personas también vestidas de manera formal, se la pasan allí adentro gritando como locos y cantando "Cordero inmolado, cordero inmolado en la cruz". Mil veces pensé en llamar a la policía, porque muchas veces entran con niños y niñas, yo no sé lo que ahí adentro les hacen, las personas entran con la cara casi dormidas y salen bien lumínicas. Risas y risas entonan con una especie de llanto, parecen reírse del llanto, o llorando de alegría. Una trompeta tocan y empiezan a dar vueltas, un día las conté, sé que dan siete y a lo último gritan, es en ese momento cuando el barrio vibra, y yo me quedo, sentada frente a la ventana entreabierta, con luces apagadas , el miedo entre mi pecho y mis piernas que tiemblan. Mi familia dice que ya soy muy anciana, pero lo que pasa es real, no estoy loca.

Cuando ellos cantan sus canciones invocadoras, el barrio vibra, se ilumina y risas provoca. De vez en cuando, gente drogadicta por la vereda, observan, entran y se quedan. Es algo sumamente satánico ese lugar, a veces se escuchan gente gritando "No, no quiero soltar, no" Le dicen "con la sangre del cordero, sal de ese cuerpo". Me da terror, pobre de esos niños, digo yo. Una mujer joven de unos 40 años, va cada tanto, con su pollera de leopardo y su cabello completamente negro y una mecha en blanco. Parece en todo su esplendor a Cruella de vil, o al menos a ella me hace acordar. Cuando aquella mujer entra, después sale con una bolsa lleno de paquetes raros, temo que sean cuerpos humanos, no lo sé.

Sé que a veces a la gente le arrojan aceite pues un día me asomé un poco más, de hecho pasé por la vereda y lo pude notar, yo toda anciana haciéndome la distraía, caminé sin parar, casi trotando pero a la vez, todo observando. Un domingo de cada mes, comían el cuerpo de alguien y tomaban su sangre, eso decían. En una mesa se posaba muchas frutas y entonces pensé que se trataba de la humbandería, pero gallos no habían.

Que brujería rara hacían, y me daba intriga. Tocaban instrumentos, y más que nada la batería, mi mente se aturdía, era a las ocho, cuando arrancaba su música. Yo a esa hora era entendía que ya empezaban los locos. A las 10:30, era cuando los observaba, porque era cuando la magia pasaba. La gente gritaba, reía, lloraba y cantaba. Otra vez, seis vueltas, ruido de la trompeta, yo sabía que venía la última vuelta y llamé a mi familia para que sintiera como vibraba la tierra. "viejita no ocurre nada" decían. Pero vibró, yo lo sentí, en todo, hasta incluso en mi corazón. No estoy loca ¡No!

Me senté devuelta y me tranquilicé, de nuevo observé, como todos ellos, giraban saltaban y cantaban. A veces los amaba, y otras, los odiaba. Porque nadie me creía cuando les decía, que con magia ellos trabajaban. Entonces, la mujer de vestido de leopardo apareció. Hace ya tiempo no la veía, mi corazón fuerte latió, no sabía que podría hacer. Sabía que en ella estaba la clave para que todos me crean, marqué mi teléfono al 911 y ya llamé a la policía.

—Dígame señora, ¿Qué ocurre? —preguntó el oficial, o al menos pensé que sería un oficial.

— ¡Señorita! Soy una mujer soltera.

—Bueno, ¡Señorita! Coméntame qué ocurre.

—Una mujer, con, con, con...—Tartamudee, estaba nerviosa, tenía pánico de delatar aquella sexta, pero me contuve, tomé aire hondo y seguí —Una mujer con un vestido de leopardo entre la calle morse, al frente de una escuela, va a buscar cuerpos humanos en una bolsa.

—Okey, iremos para allá.

Escuché el ruido de la sirena y salí corriendo desde mi casa, con mis pocas fuerzas, hasta ese lugar raro. Vi a la policía y les señalé dónde estaba aquella mujer y quién era, tenía una bolsa. Los atrapé, o al menos eso pensé. La mujer anonadada le entrega la bolsa al oficial, abre la bolsa y saca bolsitas con carne.

— ¡Lo ve! ¡Lo ve oficial son cuerpos humanos!

—Sí lo veo señora, pero se confunde, es carne vacuna.

—Sí señora, esta iglesia me dona comida para mi familia—dijo la joven mujer.

— ¿Iglesia? —Pregunté— ¿Pero ustedes no hablan de tomar la sangre y comer el cuerpo?

—Sí, pero hablamos metafóricamente, la sangre de Jesús que es representado por el vino, y su cuerpo, representado por el pan.

—Pero...Cada vez que dan 7 vueltas, tocan la trompeta y gritan, el barrio vibra.

— ¿Cómo así? —pregunta la mujer.

Un hombre con una biblia en la mano se entrometió y dijo:

—Es el espíritu santo.

— ¿Y ese quién es? —pregunté con temor.

—Venga el próximo domingo y descúbralo—dijo.

// me enfoqué en un ambito religioso porque en las iglesias se utilizan muchas palabras raras que no se entienden si no perteneces parte de cuya comunidad, la gente suele asustarse con ciertas formas que tienen los cristianos para expresar un sentimiento//

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