Siento mis manos frías, nadie me ve, soy un muerto en vida. Paseo cerca del cementerio recoleta y a veces pienso que mi origen viene de ese lugar. Que soy un fantasma que se ha escapado de allí y ahora solamente me queda apreciar como los demás viven. Es solitario el rol que cumplo como espíritu andante que aún no descansa en paz, suelo buscar mi propósito para poder escapar de este limbo. Aún me comunico con mi familia la cual tienen vida, me pueden seguir viendo y no lo entiendo, si yo ya he muerto.
También puedo comer y disfrutar el sabor provocado al masticar, pienso que soy un fantasma especial, porque los espíritus no necesitan alimentarse, en cambio yo sí. No tengo la necesidad de traspasar puertas o paredes, estoy bien así. Quedándome en mi propia casa, comunicándome con mi familia, o al menos ellos dicen que lo son, a veces lo dudo, creo pertenecer al cementerio recoleta, por eso paseo por allí,
Ser fantasma es un trabajo bastante complicado, más cuando sigues dependiendo del limbo y no puedes soltar a la tierra. Sigo haciendo hábitos humanos, como mis necesidades sanitarias, soy un fantasma que aún se baña, siente el agua, el frío y el calor.
Un hombre pelado con anteojos, que visito una vez a la semana, me dice que no soy un fantasma, que aún no he muerto y sigo vivo, ese hombre habla patrañas, se aprovecha de un pobre espíritu el cual él tiene el privilegio de observar y ver. Pienso que es un hechicero, porque me manda pociones raras que cuando las ingiero me convencen de ser un humano. Por esa razón, hace ya un largo tiempo que no tomo esas pociones raras y no me ato a la idea de seguir estando con vida, porque así, nunca más podré escapar de mi limbo.
Necesito concentrarme y tratar de soltar, lo tengo que aceptar. Estoy muerto. Pero me cuesta, a veces me asusto de mí mismo y me pregunto por qué carajos estoy muerto, que hice para merecerlo, mi cabeza explota porque no recuerda nada de como todo ocurrió o como todo comenzó. Un día solamente desperté diferente, me miré al espejo y lo supe, estaba muerto.
« ¡Carajo! ¿Cómo escapo de esto?» pensé, y mi cabeza se carcomía frustrándose con la idea de que ya no existía, por lo menos en el primer plano, aunque algunos me podían seguir viendo.
Y es que era tan pálido, como no notarlo, ya había fallecido. Ya no me sentía cálido, solo frio. Me miraba siempre en el espejo, mi reflejo era tan vacío. « ¿Este soy yo?, ¿Qué me pasó? »
Mis hijos decían que estaba flasheando. Que todo era producto de mi imaginación, que nunca volaba, solo imaginaba. Me gustaría creerles, me gustaría que tuvieran razón, pero solamente estoy varado en este lío. Mi mente es un lío y me duele, me duele aceptar que ya nada cambiara que seré así por siempre, y por toda la eternidad, hasta que encuentre mi propósito de seguir en el limbo.
"los fantasmas no están en un limbo" dice mi nieto. Yo creo que sí lo están, porque por algo no pueden ser redimidos. Odio esto, despertarme y tener la misma lucha siempre, la gente que me ve no me cree, y siguen aferrándose a mí por lo que me impiden avanzar hacia mi cielo, tienen que superarlo, este ser ya está muerto. Más que nada aquel hombre de las pociones raras. Pero cuando siento que no doy más, solo agarro una, la tomo y vuelvo a la supuesta "normalidad".
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Cuento mentes.
Historia CortaEsto son una series de textos en donde trato de familiarisar ciertos hechos con un trastorno mental. Todos los textos escritos forman parte del proyecto "escritores mundial" es una especie de campamento virtual en donde cada persona participe tiene...