Capitulo 1

1.4K 99 49
                                    

Yesterday i was alone un class...

Mayo estaba despertando. Era su primer día de clases. Se puso sus lentes con pesar y se levantó. Apenas se arregló en la habitación que rentaba que quedaba cerca de la universidad mientras su compañero de piso hacia lo mismo. Después de una pelea por el baño Mayo se dió una ducha rápida y luego agarró algo del dinero que tenía y fue a los comercios de abajo a comprar un desayuno.

Después de terminar con su novio hace un poco más de dos meses, el ya no le importaba nada. La noticia de que había terminado en ese estado la noche que lo terminó lo tenía siempre en un estado de zombificación, pero tampoco quiso volver con el. No por que estuviera ahora discapacitado, si no por que aún recordaba como fue tan tóxico y como… eso no es amor, lo que le hizo no lo fue. Si se hubiera quedado con ese castaño…

Apartó sus pensamientos de ese joven y se enfocó en buscar donde eran sus clases. Era de la tan aclamada Facultad de Medicina. Aún no entendía como terminó ahí la verdad, desde que habían anunciado los exámenes apenas había estudiado por su ex tóxico ahora discapacitado, pero tal vez fue obra de Jesús, o de la Rosa de Guadalupe quien hizo ese milagro.

De vuelta a su realidad, desde ese año y medio que no prestaba atención a nada, y lo reafirmaba. Ni cuenta se dió y ya estaba en el salón, se había sentado, milagrosamente no se equivocó de grupo, y estaba esperando al maestro. Todos estaban socializando entre ellos, pero Mayo decidió permanecer a distancia de todos. Solo esperó a que llegara el maestro.

Una mujer algo mayor pero en buena forma aún entró al salón. Realmente no se veía muy formal, llevaba ropa deportiva, pero ignoró ese hecho. Decidió volver a centrarse en la maestra y saber que diría.

— Buenos días alumnos, mi nombre es Laura Montes, seré su maestra en esta clase de Biología, les voy a decir que están aquí por qué son lo mejor de lo mejor del país — inició su discurso de inicio.

Mayo estaba realmente aburrido. "Lo mejor de lo mejor del país", si así fuera no estarían entrando a paro cada dos días. Esperen, ¿¡Alguien dijo paro!? ¿¡Cuando iniciaba!? ¡PARO POR EL PARO!

«Concentrate hijo de tu reputisima madre» pensó Mayo, despejando su cabeza. Estaba escuchando el discurso de la maestra, cuando ocurrió.

Una joven de cabello negro, de lentes, estatura promedio y con un chaleco azul marino medio entró.

— ¿Este es el grupo 659? — preguntó tímidamente. La maestra la miró un segundo.

— Lo es —.

La joven pareció sonreír y volteo hacia el pasillo. Tomó aire y dio un grito que se tuvo que escuchar por toda la facultad.

— ¡LOBA, VICTOR, YA HALLÉ LA CLASE! — no fue broma, el grito logró hacer que los vidrios de las ventanas se movieran, y varios chicos se taparon los oidos, incluida la maestra.

Mayo también se tuvo que tapar los oidos, el grito fue muy fuerte… ¿Espera, que nombre dijo…? Nah, había muchos Victors en el mundo, no podía ser el mismo Victor.

¿O si…?

Había muchos castaños en el mundo, ese no podía ser Victor, mucho menos Victor Rose. «No es el, no es el, vamos, vamos, piensa en datos inutiles, los osos de Ricitos de Oro tenían camas separadas, estaban juntos solo por el osito, los pulpos machos se hacen pasar por hembras para reproducirse, los perros tienen 5 dedos en sus patas delanteras pero solo 4 en las traseras, los gatos…».

— Maestra ¿Podemos pasar? —.

El tono de voz. Eso lo confirmó todo. Mayo llevó sus manos a su cara por desesperación. No podía creer la suerte que tenía. Es que no podía ser el mismo Victor.

«Esto debe ser un mal guión de una historia cliché y genérica de romance de Wattpad, esto no puede ser» por desespero se pellizcó, era un sueño. El pasado venía a perseguirla, era un horrible sueño.

— Pasen… ¿Sus nombres? —.

— Malinalli Jiménez —.

— Rebeca Villareal — dijo la chica que entró después. Cabello oscuro, lentes y chaleco negro.

Victor Rose Montreal — respondió el castaño de ojos color miel, con una pequeña sonrisa que, enamoraba a Mayo.

Esa sonrisa que también le había hecho mucho daño hace tiempo, otra vez la veía. Y una vez más, en aquel castaño del cuál, quería olvidar y dejar solo, el pasado no lo dejaría nunca ¿Verdad?

Para su más grande desgracia, el trio se sentó cerca de él. Iba a rasgar las paredes, estaba a dos mesas de ese castaño. Bueno, mientras no supiera de su existencia, estaría todo bien.

O eso creía, hasta que la maestra sacó una lista, con los nombres de los alumnos. Tomo aire y empezó a pasarla. Mayo sintió terror, el mundo lo odiaba. Iba a morir, definitivo. Empezó a sudar frio cuándo llegó a la N en apellidos.

Eran solo unos 20 o 30 alumnos. Las dos amigas de Vicios (no iba a aprenderse sus nombres, sería llenar su cerebro con más datos inútiles de los que ya sabía por internet) estaban hablando con Víctor, sin prestar atención a la lista. Probablemente ni lo notaría.

— Mayo Ontiveros —.

— Presente — dijo Mayo. No quiso voltear, ni aún sintiendo que lo estaban mirando, pero la sensación pudo más con el y tuvo que voltear.

Sus ojos violetas chocaron con los ojos color miel de aquel castaño. El se veía algo sorprendido, pero no de buena manera, si no como si un fantasma del pasado hubiera regresado a atormentarlo. Cuando sus amigas lo hicieron reaccionar por su nombre, el despegó la mirada. Fue interesante que Mayo se enojara por esa lista.

«No se haga maestra, ya sabía que el estaba ¿Por qué hace que vuelva la vista y no vea más sus ojos?» pensó con enfado Mayo, hasta que reaccionó. «No, era mejor, asi no lo veré, no debo volver a verlo, lo ignoraré, eso haré» dijo lleno de determinación. Debía dejar a ese castaño solo.

Por otro lado, un castaño sonreía para sus adentros después de ver los ojos de su amor una vez más. Pero no podía decirle nada durante tres meses más.

Aunque quisiera hablarle, seguía de luto.

¿Solo o a tu lado? (MAYICTOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora