Luz del Alma ¹ ✴ [ TaeJin ]

. . . ❀⃟- ̗̀ะ;C A P I T U L O 2༣ཾ྄∘ . . .

¿Qué es esto que me aprieta el pecho?

Seokjin, en el norte, conocía el camino como un pez fuera del agua, y conocía todo el terreno de forma perfecta y precisa.

Prefería hacerlo así porque conocía lugares y zonas que otros pescadores no conocían y no quería ser molestado mientras trabajaba.

Una de ellas era una cueva no muy pequeña entre una gran roca y las ramas de un árbol caído que crecía allí.

Le encantaba ese lugar, a veces iba allí para despejarse y otras, cuando se sentía mal, iba también allí a llorar.

Por supuesto, sólo pasaría unos minutos allí y luego se iría. No quería arriesgarse a que alguien le buscara y encontrara la cueva.

Por supuesto, nadie más que él lo encontró, y no iba a dejar que lo hicieran. Este lugar era demasiado hermoso para que la gente lo perturbe constantemente.

Es una magnífica creación de la naturaleza, como un santuario, y no merece ser destruida por la crueldad humana. Pero, por desgracia, no todos piensan como él.

TaeHyung observó desde lejos cómo el joven entraba en su cueva. ¿Por qué?, ahí es donde jugaba y guardaba sus cosas.

Se llevó sin piedad alguna a sus compañeros y le enfurecía aún más que se encontrara su propio escondite, que había estado con él durante tantos años.

Entró en la cueva desde las profundidades, se apretó contra las rocas y ocultó su rostro de los ojos humanos.

Sin embargo, no podía creer que tenía que ser testigo de una brutal matazon de sus compañeros marinos, no pudo evitarlo y, por muy egoísta que fuera, no quería acercarse; también temió por su vida.

Mientras tanto, SeokJin descargó la red con el pescado del barco y bajó algunos contenedores de almacenamiento de pescado listos para la entrega.

Se sentó en una roca cercana y comenzó a remover las entrañas de los pequeños animales.

Cuando recogió el primer pez, vio que aún intentaba respirar y lo miró con remordimiento.

-Perdóname, pececito. -Dijo SeokJin, mirando al pobre animal. -Pero te necesitamos para vivir-

El castaño con todo el dolor de su corazón empuño un cuchillo y abrió el vientre del pescado, y con la otra mano sacó lo que no quería y lo arrojó a otro recipiente.

Porque tal vez esa parte del animal no se tenía la costumbre de venderse, pero no era algo incomible.

Se podía dar de comer en las sobras a los perros callejeros del pueblo. Odiaba que la comida se desperdicie.

Taehyung observó con horror lo que estaba sucediendo. En su corta vida, durante la cual trató de mantener a la gente alejada de la costa, nunca había visto una escena así.