Luz del Alma ¹ ✴ [ TaeJin ]

. . . ❀⃟- ̗̀ะ;C A P I T U L O 8༣ཾ྄∘ . . .

¿Por qué es tan difícil amar y después ser juzgado?

SeokJin caminó sin rumbo durante algún tiempo, mirando de vez en cuando a la gente que le saludaba.

Sin expresión o gesto alguno, no decía ni gesticulaba nada, pues no tenía ganas de hacerlo. Mucha gente pensó que era muy descortés no responder al saludo.

Sin embargo, nadie se paró a preguntar ¿Cómo estás? o ¿Qué pasa, estás bien? Como siempre, a nadie le importó.

Ahora no tiene familia. Le dieron la espalda. Todo porque pensaban que su decisión era estúpida.

Pero en fin, si darse cuenta había llegado hasta el muelle. La bahía se extendía ante él, un paisaje hermoso, pero también un lugar peligroso.

Lo que hay más allá de esta isla. Eran un enigma. Un que de vez en cuando se cuestionaba.

Especialmente cuando se detuvo y miró hacia el mar, porque realmente quería abandonar este lugar y quizás no volver jamás.

Quería liberarse del pasado y crear un futuro en el que fuera libre de hacer cosas que no quería hacer.

Quería vivir, ver cosas que nadie conocía y estar cerca del hombre que empezaba a gustarle.

—¡SeokJin! —Estaba completamente distraído, pero distinguió de lejos que le hablaban.

Se levantó para ir directamente hacia él cuando se percató de quién se trataba.

—Hermano. ¿Qué pasa? —Lo miró con preocupación.

Su hermano negó bajo un suspiro y señaló con el dedo índice a Jin: —Espera un momento. —

El mayor lo hizo hasta que su hermano pudo hablar correctamente tras recuperarse de exhaustiva carrera que el menor debió de tomar.

—No, la cuestión es que no quiero que te vayas. —Inhaló y luego exhaló.

—Yo tampoco quería, pero no depende de nosotros. —Suspiró, alborotando el pelo del más joven.

—Sí, pero ya conoces a papá. —Dijo seriamente, y SeokJin puso los ojos en blanco y asintió.

—Sí, por eso no voy a volver esta vez, por mucho que me ruegue. Lo único que voy a hacer allí es seguir siendo un esclavo, haciendo cosas que no me gustan. —Dijo con renovada determinación.

Su hermano lo negó, con una expresión de aparente desaprobación en su rostro.

—No seas tonto, hyung. —Dijo, tomó su mano con cariño y dándole un ligero jalón. —Vuelve con nosotros. Anda. —

El hijo mayor negó y le quitó la mano que aún sujetaba a su segundo hermano.

Suspiró, mirando al mar: —No quiero volver, no quiero seguir pescando. —