Did You Just Whistle At Me?

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Se le había hecho tarde. Caminando a pasos rápidos, casi corriendo, Sav andaba maldiciéndose a sí mismo internamente, el tiempo había volado para él y ni siquiera se dio cuenta. Ya ni siquiera recuerda qué estuvo haciendo toda la mañana que se le olvidó que en la tarde se reunirían todos en el estudio.

Aún esperaba al menos tomar el autobús, ya que para su mala suerte no había visto a ningún taxi pasar en un buen rato. Sólo esperaba llegar a tiempo a la parada y no tener que esperar otra media hora a que llegue otro autobús.

Apresurado, cargaba en un hombro su instrumento dentro de su estuche y agarraba la correa con una mano, mientras que en la otra cargaba un vaso mal tapado de unicel con café negro en su interior. Suspirando agitadamente, no se dio cuenta y tropezó ligeramente con su mismo pie, permitiendo a una enorme gota negra brincar sobre su playera.

─ ¡Ugh, mierda! Está hirviendo... ─ Sav trató de echarle aire a la mancha con su mano, pero fue en vano. Suspiró y arqueó las cejas.

Siguió su camino, acelerando el paso, cuando finalmente llegó a la parada de autobuses, y...

─ No, ¡no, no, no, no! ¡Esperen!

El autobús acababa de irse. Sav corrió unos metros más para perseguirlo, pero obviamente el autobús era más rápido. Se limitó a detener sus pasos y observar a su única esperanza de transporte irse lejos. Rodó los ojos y regresó a la parada de autobuses, para el colmo era el único que estaba ahí de pie. Con una mancha de café encima.

Miró a su reloj alrededor de su muñeca. Definitivamente no llegaría al estudio, y Mutt le regañaría o alguno de los terror twins le haría una broma. Sav usualmente era muy puntual, estaba enojado consigo mismo pero ya no podía hacer nada más que esperar. Bufó.

─ Ugh, esto de verdad no puede ponerse peor. ─ susurró para sí, cerrando sus ojos.

Como si él mismo lo hubiera invocado, pequeñas gotas de agua comenzaron a caer sobre su exuberante cabello y sus hombros. Enseguida abrió sus ojos de golpe, dirigiendo lentamente su mirada hacia arriba. Observó cómo una enorme nube negra se posó sobre él, y la lluvia aumentó de un segundo a otro. Ahora eran enormes gotas las que caían sobre él.

─ ¿Para qué me quejo? ─ suspiró lentamente ─ Este honestamente no es mi mejor día.

Procedió a cruzarse de brazos, aún tenía ese vaso de unicel en su mano, al menos abrazar el café hirviendo le quitaba un poco el frío que la lluvia le proporcionaba. De repente, todos sus rizos ya se habían deshecho, haciendo parecer que tiene más cabello de lo que en realidad Sav tiene.

Bajó los ojos al suelo, ladeando la cabeza, como esperando a que un milagro suceda. Lo único que podían sus oídos percibir era el sonido de la lluvia al caer sobre él y sobre la banqueta. Este fenómeno físico que le había dejado totalmente empapado. Si tenía suerte alguien le prestaría ropa en el estudio.

Sav, muy metido en sus propios pensamientos, a lo lejos, muy lejos, escuchó un pequeño silbido que le llamó la atención. Se puso atento. No era cualquier silbido, no; era uno de esos silbidos que se usan como piropos y que te mandan una indirecta. De esos silbidos que cuando caminas solo en la calle y estás empapado gracias a la lluvia, te molesta.

A este paso, Sav ya había perdido los estribos.

Se preguntaba quién mierda tenía el coraje suficiente para silbarle a alguien que a primera vista podía notarse que este era uno de sus peores días. Y qué mejor manera de ponerle la cereza al pastel, que lanzarle un piropo a alguien a punto de explotar. Avanzó furioso hacia el auto más cercano a él, casi a pisotadas, y literalmente gritó.

─ ¿¡Me acabas de silbar a mí, idiota!?

Dijo mientras se apuntaba a sí mismo con su dedo índice y un rostro que parecía que acababa de salir del infierno. La ventana del carro, al que Sav había gritado, fue bajada completamente por el conductor de dicho auto, revelando quién era. El rostro del bajista cambió a uno de sorpresa, pero también de alivio, y finalmente de vergüenza.

─ ¿Joe?

─ Mal día. ¿No crees, Sav?

El último nombrado rodó los ojos, pero con un gran alivio de que se haya encontrado con uno de sus compañeros. Suspiró. Joe le dirigió una media sonrisa, rápidamente observó de su amigo todo lo que pudo a través de lo que la ventana le permitió. No pudo evitar invitarlo.

─ ¿Qué sigues haciendo bajo la lluvia? Entra al auto de una vez. ─ añadió Joe con tono serio, pero protector.

Sav continuaba mojándose con la lluvia, entonces ni siquiera lo pensó dos veces y rodeó el auto de su compañero; fue cuando notó que era un carro elegante de color negro con la típica característica de un auto inglés (el conductor va en el lado derecho). Una vez ambos adentro, Joe arrancó y puso rumbo directo al estudio. Tras unos minutos, Sav habló.

─ Oh, mierda, ─ se restregó una mano por todo su rostro ─ Joe, perdóname por haberte gritado, no sabía que eras tú. Además estoy mojando todo tu auto, de verdad lo siento mucho, ugh.

─ Nah, no te preocupes. ─ sonrió el vocalista, sin nunca despegar los ojos de la autopista ─ Prefiero que estés aquí conmigo a que andes ahí afuera solo. Encima, con toda esta lluvia. ─ suspiró fastidiado.

Pero enseguida miró de reojo a Sav y le sonrió. Joe volvió a dirigir su vista al frente y mantenía sus manos ocupadas con el volante, pero por el rabillo de su ojo pudo notar que Sav también flasheó una sonrisa, en cierta parte, nostálgica. Miró a su café (ya no tan caliente) entre sus manos, y decidió tomar un sorbo.

─ Oye, ¿por qué no dejas tu bajo ahí en el asiento de atrás? ─ propuso Joe, señalando detrás de él ─ Parece que te estorba un poco para tomar tu café.

Sav aún tenía el sorbo de café frío dentro de su boca, pero asintió rápidamente, sacándose del hombro su bajo con todo y su estuche para girarse con cuidado y asentarlo en el largo asiento trasero. Una vez tragó el líquido dentro de su boca, pudo hablar.

─ Dios; gracias, Joe, hablo en serio. No sé qué habría hecho si no hubieras aparecido en ese momento. ─ hablaba agradecido el bajista mientras trataba de secar su cabello con sus manos.

─ Te digo, que no tienes de qué preocuparte. ─ soltó una pequeña risa; sacudió su rubia melena ─ Solo dime, ¿por qué tanto alboroto por un maldito silbido?

Sav se echó a carcajadas. Joe le acompañó con diferencia de unos segundos.

─ Um, es sólo que no estoy acostumbrado a ese tipo de cosas y así... ─ rió el bajista ligeramente ─ Honestamente me perdí, y ya tenía suficiente con atrasarme, derramar mi café, la lluvia. Ugh, era demasiado. Además creí que el que había silbado era un viejo.

Esta ocasión, fue Joe el primero en echarse a reír sin control. Pero claro que Sav rió junto con él. Luego de unos segundos cesaron las carcajadas, pero mantuvieron unas sonrisas encima de sus rostros. El semáforo cambió su luz a un color rojizo, haciendo que el vocalista frenara lentamente.

Se hizo un silencio medianamente largo, pero era uno de esos silencios que te reconfortan o mínimo te dan algo de paz. De un segundo a otro, Joe miró rápidamente a Sav, mientras negaba la cabeza hacia él y su risa comenzó a inundar el aire de nuevo. Sav no entendía qué era lo gracioso ahora.

─ ¿Qué? ─ sonrió el bajista de la inocencia.

─ Puros semáforos rojos nos están tocando. ─ Joe aporreó una mano en el volante ─ Qué día más de mierda, ¿no crees?

Sav solamente sonrió, para de un segundo a otro comenzar a reír de nuevo junto con Joe. Éste esperaba a que el maldito semáforo cambie a verde de una vez, mientras que Sav decidió recostar su cabeza contra la suavidad de su asiento. Cerró los ojos y se plasmó una sonrisa en su rostro.

Estaba agradecido con Joe, claro, pero ahora era su turno de lidiar con este día de mierda.

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holA, alguien sigue leyendo estos one shots cacas??? :(

prometo que vienen mejores, se los juro u.u

One Shots [Saviott]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora