Amor en Peligro(The GazettE & Erika Toda)

Capitulo 51

Yoshi y Nata ya se habían ido pero sin antes desearme suerte.

Eran las seis en punto cuando sentí que golpearon la puerta.

Me sobresalte.

—¿abro yo?. — me preguntó Ashley.

—no. Iré yo. — le dije y me aproxime a la puerta pero antes respire profundo.

Se fuerte.

Asentí y abrí la misma encontrándome con Akira con sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

Me quede inmóvil mirándolo.

—te ves hermosa.

Me ruborice —g-gracias. — sonreí forzosamente.

—¿vamos?. — me pregunto animado.

—sí.

Ya en el vehículo un silencio bastante incomodo nos abordo.

Parecíamos verdaderos desconocidos, ni siquiera cuando en verdad no nos conocíamos paso esto. Era extremadamente incomodo, el tenia la vista clavada en la  carretera mientras que por mi cabeza pasaba de todo con respecto a él.

—¿qué te pasa?. — por fin hablo sacándome de mi ensimismamiento.

—¿a?, ¿qué?. — le pregunte mirándolo.

—¿qué te pasa?. — reiteró.

—...nada. — apreté mis manos.

Lo único que quería hacer era preguntar que porque me engaño, gritarle un par de cosas y así poder desahogarme.

Pero como dije, había decidido que esperaría a que en esta salida el mismo me aclarara las cosas.

—estas muy rara. ¿Segura que no te pasa nada?. — me miro por unos segundos para después nuevamente concentrarse en la carretera.

—segura. — afirme.

—entonces... ¿a dónde quieres ir?. — me pregunto.

Me encogí de hombros - no lo sé, ¿a tomar un helado?.

—¿enserio?.

Asentí con la cabeza.

—está bien.

   

     

       

              

(...)

  

   

      

                      

Luego de que Akira comprara los dos helados fuimos a una pequeña plaza que estaba un poco alejada del centro.

Incluso desde que he vivido aquí jamás la había visto aun que... Bueno tampoco acostumbro a salir tanto.

En una de las bancas que estaba debajo de un árbol nos sentamos pero me aleje un poco de Akira.

Era imposible hacer como si no me sucediera nada.

Soltó un suspiro.

—¿me dirás que te pasa?. — me pregunto un poco cansado.

Abrí mi boca para hablar pero me interrumpió.

—y no me digas que nada. Porque es más que obvio. — me dijo señalando la distancia entre nosotros.