Día 4

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Encierro.

Hoy me tomo la libertad de escribir por mi propia cuenta, pues la desesperación hoy es mi motivo.

Llevamos un mes sin salir de casa, y no es porque no quiera salir, es porque no se puede.

Llevo días sin ver el sol, tantos que perdí la cuenta. Perdí la razón, ya no se que es verdadero.

Confuso me es todo, pero aún más si intento buscarle una explicación.

Que frágil es todo aquello que es construido por manos humanas.

Los sistemas se derrumban, todo lo que creíamos conocer ha cambiado; vivimos ahora con la incertidumbre del que será de nosotros mañana.

¿En qué momento cambiaron tanto nuestras vidas? ¿En qué momento nos arrebataron nuestra libertad?

Cuánto se extraña aquello que no se valora cuando se tiene.

Todavía recuerdo cómo la rutina de alguna manera nos hacia sentir protegidos. Que ironía, pues aunque muchos de nosotros la odie, es un sustento que se añora en estos días.

Pareciera que nos hubieran dejado en un limbo, pues nuestro por venir es incierto.

En estos momentos de crisis he visto cosas que nunca hubieran pasado si está no hubiera llegado. Pues en el caos se conocen las profundidades de cada ser, he visto como los fuertes se han quebrado, y cómo los débiles han sacado fuerzas.

La lucha en momentos dónde todo se volvió silencio, es con nuestra mente, intentar mantener la cordura. Pues la locura parece el verdadero virus, buscando a los débiles para apoderarse de ellos.

El encierro... La única cruel manera de mostrarnos que cuando creemos tener el control, ya lo hemos perdido.

Las letras del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora