VI

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Inhalo y exhalo varias veces antes de bajarme del auto.

Inmediatamente la cantidad de personas me abruman pero trato de reprimir las ganas de volver al auto. Lo que me tranquiliza un poco es la manera en que cada quien esta en su mundo, eso me da paz porque no quería lidiar con las miradas.

-Aisa.- me volteo para ver a Max en el auto.- ¿Estas segura que no quieres que te acompañe?- asiento varias veces.

-Si, no quiero que llegues tarde al trabajo.- le sonrío para convencerle que estaré bien, también sonrío para convencerme a mi misma.-Te quiero.- digo como manera de despedirme.

-Vas a sacar la mejor nota de la clase.- rió por su ocurrencia. Para mi el milagro seria al menos recordar la mitad de lo que estudie. No tengo muchas expectativas, me conformo con obtener una nota decente.- Te quiero.

Mientras Max maneja hasta la salida de la universidad, pienso en que antes no sacar una buena nota era lo peor que me podía pasar, pero después de eso algunas cosas habían restado importancia.

Al voltearme de nuevo, mi vista va hacia la enorme universidad. A pesar de ser una universidad pública , esta muy bien conservada. Los ladrillos rojos que tiene como pared le da un aspecto vibrante pero al mismo tiempo fino, si es que eso tiene sentido. La entrada principal parece el de una iglesia y sin pensarlo dos veces entro con la esperanza de poder recordar en donde está el salon al que necesito ir.

Mi cerebro no parece recordar ningún detalle. El nerviosismo empieza a aparecer, tratando de que no empeore, busco en el pasillo principal el pequeño mapa en la pared ya que no quiero preguntarle a nadie.

Con mi dedo trato de seguir por donde puede estar el salón. Doy una golpe pequeño al suelo cuando no encuentro nada. Empiezo a desesperarme. Me rasco el cuello como signo físico de mi nerviosismo, no quiero tener que preguntarle a nadie, no quiero que me miren.

Mis ojos quieren llenarse de lágrimas por la frustración que siento, ¿tan patética soy que no puedo ni hablar con un desconocido?

-¿Necesitas ayuda?

Asustada miro hacia mi lado derecho dando un pequeño salto. El chico que se encuentra a un lado mío me mira confundido. Casi quiero darme un golpe por lo tonta que he sido. Sin embargo, ninguna palabra sale de mi boca para intentar arreglar la incómoda situación.

-¿Necesitas ayuda?- vuelve a preguntar con cuidado. Todavía no soy capaz de sacar palabra pero me las ingenio para asentir a su pregunta.- Está bien...¿en qué necesitas ayuda?

Me siento un poco intimidada y admito que un poco nerviosa. No me gusta estar cerca de hombres, no se, siento algo raro. Solo con Max estoy tranquila, Michael me pone peor.

Sin embargo, él no parece mala persona y de verdad parece preocupado por mi reacción. Trato de verme mas segura levantando mi cabeza, pero me arrepiento y mi vista va al suelo. Antes no me pasaba esto.

-No encuentro el salón de lengua extranjera.- contestó finalmente en voz baja. A pesar que no lo dije con toda la seguridad del mundo, al menos mi voz no se había roto en el camino.

-Sígueme.- se voltea y empieza a caminar. Me apuro para poder alcanzarle y me pongo a su lado cuando por fin consigo seguirle el ritmo.-¿Estudias literatura?- como me observa cuando hace la pregunta, asiento en respuesta.-¿Te transferiste recientemente aquí?

-No...-niego mientras hablo. Aprieto mis manos contra mi pantalón.- Tomó clases online...pero tengo que venir para el exámen.

ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora