Historia corta... talvez... de Jibaku Shounen Hanako-Kun.
La trama no tendrá nada que ver con la historia del manga original así que no habrá spoilers excepto talvez con el personaje Aoi Akane.
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No estaba seguro de lo que hacía, a pesar de que se mostraba tranquilo su interior estaba hecho un completo lío.
—¿Estas seguro de esto, Kou?
Preguntó él mayor a su hermano quién asintió sin dudarlo. No estaba jugando pero hacer una carta era un tanto... ¿Anticuado? Además de que no era muy bueno escribiendo cosas románticas.
—Una carta es una buena opción cuando no te sientes listo para decirlo lo que sientes frente a frente.
Kou solo le estaba dando a su hermano el mismo consejo que cierto fantasma con un manual le había sugerido y la verdad le había parecido una buena idea.
Sin más remedio y sin saber que hacer, Teru, terminó por decirle a su hermano que estaba enamorado, no obstante, se reservó el hecho de decirle de quien se trataba, aún así, Kou no dudo en ofrecerle ayuda después de todo y aunque no lo quisiese el menor ya tenía una pareja y estaba en una relación. En su mente no había nadie mejor para darle un consejo que no fuera su querido hermano.
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Nunca se había sentido tan ansioso por algo en su vida y querer probar la comida de Kou no venía al caso.
Se encontraba en el salón del Consejo estudiantil, esperando a que Aoi llegará. Los segundos se volvieron minutos y él chico de rojizos cabellos no daba señales de que llegaría.
Un largo suspiro salió de su boca, era mejor así, después de todo el asunto de la carta era un tanto... vergonzoso.
Con un gran pesar y al mismo tiempo alivio, salió del salón para ir a sus clases que pronto comenzarían no sin antes desechar la carta en un cesto.
Al llegar a su salón era lo mismo de siempre. Lo recibían con calidez y sonrisas que devolvía aunque no fueran reales pero ¿Que importaba sino lo eran? nadie de ahí podía notar si eran verdaderas o no.
Sino fuera por sus hermanos talvez ya no sabría lo que sería sonreír genuinamente... pero ahora tenía a alguien más que lo hacía sonreír de verdad.
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—¿Que es eso?
Preguntó con curiosidad Yamabuki llamando la atención del joven Aoi quién observaba con detenimiento el lugar que señalaba su amigo. Abajo de uno de sus libros.
Levantó el libro dejando ver mejor lo que estaba debajo.
—¿Cartas?— Preguntó Akane confundido. Era extraño, nunca había recibido antes nada parecido.
—Pero que galán, llevas dos semanas oficialmente disponible y ya te están cayendo como moscas a la miel— Le dio leves codazos en el hombro recibiendo de regreso un golpe en la cabeza que lo dejó estampado en el pupitre y unos segundos inconsciente.
