Capítulo 10

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No entendía porque el amor era tan complicado y confuso

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No entendía porque el amor era tan complicado y confuso... estuvo realmente enamorado por años pero nunca se sintió asi, entonces ¿Cual era la diferencia ahora?

Que está vez probablemente sus sentimientos serían correspondidos.

Pero seguía indeciso... Aún no sabía si verdaderamente estaba enamorado del presidente ya que ¡Vamos! ¿Quien imaginaría que pudiera darse algo entre los dos? Él definitivamente no lo imaginó.

—¿Que es lo que te agobia Akane-san?— Preguntó preocupado y un tanto curioso.

—Ah Matsuri-san— Murmuró con torpeza, no esperaba encontrárselo en el patio de la escuela a estas horas —¿No deberías estar en clases?— Cuestionó intentando cambiar de tema.

—Exacto, debería pero mientras Tsuchigomori-sensei no me encuentre estaré bien.

La calmada sonrisa y respuesta del chico lo hizo reír de manera nerviosa. En ocasiones Matsuri podía ser un tanto ¿extraño?

—Asi que no te preocupes puedes contarme y sino no quieres hablar entenderé.

Suspiró pesadamente, contarlo le era un tanto difícil y vergonzoso aún sabiendo que Matsuri no se burlaría de él ni nada parecido.

Pero, ahí iba de nuevo.

—No hay mejor manera de resolver los problemas que enfrentarlos con valentía, sean como sean.

Sonrió de forma gentil, colocando su mano sobre el hombro ajeno. La mente de Aoi estaba un poco más despejada gracias al joven Kurobane.

—¡Matsuri-san!

Se escuchó la voz grave y molesta de alguien que se acercaba a donde estaban.

—Oh oh— Murmuró riendo con nerviosismo.

—¿Acaso no es Tsuchigomori-sensei?— Preguntó girando su cabeza para ver al chico. Para su sorpresa este ya no estaba al par suyo.

—¡Akane-san espero haberte ayudado!

Lo vio ya casi doblando la esquina del muro.

—¡Se que harás lo que creas correcto, suerte!— Agitando levemente su mano y aún sonriendo se despidió para terminar de marcharse del lugar.

⋅. ༺༻ .⋅

Debía resolver todo de una vez por todas, no podía seguir posponiendolo, ya que, si algo le había enseñado toda esa situación con su hermano era que si esperaba mucho podía perder a la persona que amaba y... no iba a permitir que eso ocurriese.

Con toda la determinación del mundo, Kou, se encaminó hacia los baños de chicas del viejo edificio.

—Hanako ¿Estas...

—¡Joven!

Su pregunta fue interrumpida no solo por el grito de alegría del azabache sino también por el abrazo qué este le dió.

No creo que me gusteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora