diez

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―¡Papi Louis! ¡Papi Louis! ¡Harry está durmiendo en tu cama!

Un enorme dolor abrumó a Louis cuando su pequeño hijo aterrizó sobre sus huevos, lo hizo enroscarse, gruñendo. Mierda.

―Uhn. Oh, jo… ―Harry lo interrumpió a mitad de la maldición, pasándole una almohada donde Louis enterró la cabeza.

―Lo sé, amigo. Estábamos muy cansados. Buenos días. ―Abrazó a su hijo, diciéndose a sí mismo que no debía perder la compostura. Ambos eran adultos, no estaban haciendo nada malo.

Harry asomó su cabeza por encima de los cobertores. Le sonrió a Bruno.

―Hola, Bruno. ¿Dormiste bien? ―La mano de Harry acariciaba el muslo de Louis bajo las sábanas.

―Si, ¡Hice pipí yo solito en mi orinal!

―¡Excelente! ―Louis sonrió―. ¿Panqueques o huevos con bacón esta mañana?

―¡Amena!

―¿Avena? ¿Papi puede pedir huevos?

―¿No te gusta la avena, Louis? ―Harry lo miró seriamente y luego bostezó.

―No. ―Le guiñó un ojo. La odiaba. Odiaba esa cosa―. ¿Necesitas dormir un poco más? Puedo preparar el desayuno, ya que Elizabeth sigue-

Un llanto agudo llenó el aire.

―No importa.

Harry se rio.

―Ve a preparar el desayuno, Bruno puede ayudarte y me haré cargo de Elizabeth.

―Está bien. ―Le sonrió a Harry, levantando a Bruno―. Esto sí que son unos ‘Buenos Días’. 

Hizo volar a su dulce niño alrededor de la habitación antes de ponerse su bata.

― ¿Quieres manzanas, duraznos o pasas en tu avena?

― ¡Plátanos y pasas, papi!

―Mmm, eso suena bien. Quiero eso, también. ―Era obvio que Harry estaba esperando que se llevara a Bruno para levantarse. Lo que probablemente era lo mejor.

―De acuerdo. ―Salió tratando de no ver hacia atrás para observar el cuerpo de su nuevo amante.

Un par de minutos después, Harry bajó con Elizabeth, ya había empezado a preparar la avena, mientras Bruno colocaba, con cuidado, los cuencos para Harry y él en la mesa.

― ¡Ella tiene hambre! ―Harry la mecía pero claramente ella no estaba feliz.

―Su biberón está en la encimera. ¿Quieres huevos?

―Soy fácil. Huevos o avena. ―La mirada de Harry se detuvo en él.

―Te pondré avena. ―Después de todo, Bruno ya había puesto un cuenco para Harry―. Me prepararé unas tostadas. ―En realidad sólo necesitaba café.

―Como desees, jefe. ―Harry le sonrió.

Asintió, cortando los plátanos, mientras escuchaba el show de la mañana, encontró las pasas y el azúcar moreno. Harry alimentaba a Elizabeth y entretenía a Bruno, lanzándole calientes miradas de vez en cuando. Eso hizo que preparar la avena fuera más difícil, pero pudo manejarlo.

― ¿Tienes que trabajar hoy, papi Louis?

―No, hijo. Tengo los lunes libres. Ayer fue domingo.

― ¡Siii! ―Bruno agitó los brazos al aire.

Harry sonrió ante el entusiasmo de Bruno.

― ¡Siii! ―Louis también agitó sus brazos y meneó su trasero.

papá, papá y yo ✧ larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora