❀Pequeña dulzura. ❀ [Kaachako/ Bnha]

Traición

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Uraraka está empapada en sudor. Siente una sensación enorme de culpabilidad mientras está descansando tras una sesión intensa de sexo. Nada más ver el celular con una fotografía de ella y Denki, la hace fruncir el ceño con suavidad. 

Sí, definitivamente se sentía... extraña. Pero no se arrepentía de las cosas que estaba haciendo. 

No, mentía, sí se arrepentía sólo porque Denki merecía mejores cosas que su novia lo estuviese engañando en su nariz. 

—Ocha, ¿qué estás mirando? —preguntó Bakugo mirándola con infinita dulzura. A Ochako le quemaba el rostro; él era tan bueno con ella cuando estaban a solas (en público no se dirigían una o dos palabras) pero. . . era tan distinto ahí. Ella enrojeció suavemente con las mejillas teñidas en un carmín suave. 

—Te miro a ti. Es tan bello ver tus ojos. —ella le sonrió con cariño por esa razón. 

—Eres tan hermosa, Ocha. — ambos compartieron un beso con suavidad.

No tardó en colocarse arriba de él, besando sus labios con infinita dulzura. Ambos se gustaban desde la escuela, y llevaban en una relación ilícita desde hacía ya un año. El beso escaló hasta que ambos soltaron un suave gemido. Sintió los dedos de él tan suaves, recorrer su vientre que se sentían como leves descargas eléctricas colarse y fue avanzando tan lento hasta su zona íntima donde la acarició con la suavidad que la caracterizaba e introdujo los dedos dentro de ella.

Soltó un gemido corto, lleno de deseo. Ella se movió de manera sutil encima de sus caderas, notando lo duro de su miembro. 

— ¿quieres que te hable sucio? —preguntó en un jadeo él, mientras mordisqueaba el cuello de su amante. Ella asintió, con el rostro perlado en sudor nuevamente. 

—Sí, hazlo, hazlo —le susurra llevando su mano hacia abajo, tomando su miembro y sentándose por fin encima de él. Ochako gimió, y él también. Era un acuerdo de ambos de siempre usar condón, pero como hacía más de un año que ella y Denki no tenían nada. . . no se preocupó esta vez. Ahogó un gemido al sentir el miembro de él palpitar de tal manera

Se aferró a su cuello mientras él daba estocadas. Al comienzo eran suaves, pero luego ella pidió más fuerte. 

—Oh, Katsuki, Katsuki, sí, ¡sí! ¡más fuerte! 

Para él eso era como música para sus oídos. La penetró más fuerte y ella ya estaba empapada en sudor. Ambos se fundieron en un apasionado beso pero, ambos giraron las cabezas en cuanto escucharon un par de llaves y dos pasos distintos entrando al hogar de Ochako y Denki. Ambos se separaron y corrieron al armario donde tendrían un poco de visibilidad. 

Y ahí ambos se quedaron hasta que notaron lo evidente; Denki no venía solo, venía acompañado y tan pronto como habían entrado a la habitación, él y su amante se habían fundido en un apasionado beso. 

—¿estás seguro que tu novia no está?

—No, debe estar con Bakugo, es algo que todos sabemos que pasa entre ellos. 

Ochako tragó, incrédula. No le molestaba, pero ahora sólo quería saber cómo es que Denki estaba siendo penetrado por Sero. Ahora al menos ambos podían ser honestos; ambos se engañaban. 

Tenía el rostro rojo, pero ahora no por la sesión de sexo, ahora era por estar mirando aquello. Bakugo no desaprovechó el tiempo y, tapándole la boca, siguió penetrándola mientras ella, en la posición en la que estaba, solo escuchaba los gemidos de Denki y sus propios gemidos ahogados.