Capitulo 15

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Tocaron la puerta, al parecer Santiago había pedido una pizza;  bueno al menos todavía no iba a morir. volvieron a llegar Amelia y Alex y tenía una pregunta más para Álex:
-Si tu eres un ángel ¿de dónde salieron tus padres?
El sonrió y respondió
-No puedo decírtelo, pero lo que si te puedo decir es que tus padres no conocen aún a sus jefes reales.

Al menos, sabía algo, que no eran su jefes reales, en ese momento volvió a entrar Santiago; Amelia y Alex seguían hay y les pedí con todos mis fuerzas que no me dejaron morir, ellos sonrieron y desaparecieron, Santiago seguía con su cara de maldad, que me daba escalofríos, y volvió a tomar mí muñeca y comenzó a toser, no se por qué, pero lo tome como una forma de Amelia y Alex de retrasarlo, pero esta vez ya no habría nada que me salvara, tomo mí muñeca y la empezó a cortar, no podía con el dolor iba a ¿morir?, Gritaba tanto que la garganta ya me dolía y no tenía voz, lloraba tanto, y estaba sangrando este sería mí fin, Santiago comenzó a cortarse él y el no gritaba, parecía como si fuera un juego, comenzé a ver todo borroso, me iba a desmayar, cuando escuché que tiraron la puerta hay entro la Policía, yo estaba atada, así que lo primero que hicieron fue desatarme, lo último que recuerdo antes de desmayarme, es a Amelia y Alex como ángeles y todo se oscureció.

Cuando desperté estaba, en el hospital, rodeada de muchos globos y regalos de la gente, en especial de los de mis compañeros y sus padres, no sabía que me querían tanto; entro el doctor, me revisó y me dijo que estaba bien, después entro la Policía y me dijeron que ya lo tenían y que también estaba vivo, cuando estaba por irse, le pregunté:
-¿Cómo me encontraron?
Y uno de los policías contestó:
-Me dejaron una nota en mí escritorio con la dirección y un pequeño mensaje que decía:
-Esta es la dirección de dónde tienen a Gabriela Díaz, confíe en esto, y una firma con dos A.
Sonreí. Le di las gracias, y supe apenas me lo contó que eran Amelia y Álex, ellos me salvaron por qué son (MIS ÁNGELES) En ese momento escuché la voz de ambos diciendo, siempre estaremos, solo búscanos, ya sabes cómo.

Entraron mis padres diciendo que podría irme en dos días, en realidad ya tenía muchas ganas de irme de allí y olvidar lo que había pasado, me dolía mucho mí muñeca pero estaba bien.

Ya estando en casa, mis padres, renunciaron a su trabajo y buscaron uno que les permitiera estar más tiempo conmigo, ya nunca más me sentí sola por qué tenía a mis padres y a MIS ÁNGELES.

MÍ ÁNGEL GUARDIÁN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora