Mirada al sufrimiento de Cristo

7 2 0
                                    

Mirada al sufrimiento de Cristo

Alguna vez te has puesto a pensar cuando comenzó el sufrimiento de Jesús. Se podría decir que este comenzó en el Getsemaní cuando él se encontraba orando. Se nos dice en Lc. 22:44: Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. 
Dato curioso: Bajo mucha presión los pequeños vasos capilares de las glándulas sudoríparas pueden romperse y mezclarse así la sangre con el sudor.

En Mateo 26:40 se nos dice que: Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Y en Lucas
 22:45-46 lo dice así: Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.
¿Como se habrá sentido al ver que sus discípulos no pudieron orar con él ni siquiera una hora? Pienso que decepcionado sería la respuesta.

Luego Llegan a aprenderle dirigidos por Judas quien le entrega con un beso en la mejilla. Sufrió la traición de uno de sus discípulos. Fue abandonado por sus discípulos este abandono no fue un acto de maldad sino de debilidad. Ya que estos no habían experimentado el nuevo nacimiento o regeneración del Espíritu Santo sino hasta el día de la resurrección de Cristo cuando él sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo” Juan 20:22. Nos dice La Palabra que esa misma noche fue llevado ante Caifás y el concilio judío. En Mateo 26:67 se nos dice que le escupieron el rostro, que le dieron puñetazos y fue abofeteado. En Marcos 14:65 que su rostro fue cubierto mientras le hacían esto y repetidamente se burlaban de él diciéndole que le profetizara quien le había golpeado. 

En la mañana le llevaron ante Pilato para ser interrogado el ya estaba golpeado y exhausto. Sabemos que Pilato le mandó a Herodes y Herodes de vuelta a Pilato el cual quería soltarle pues no hayo falta en él pero el pueblo insistía así que se los entregó para que hicieran como ellos quisieran con el. No hagamos como Pilato que movido por la conveniencia política no hizo lo correcto. Como creyentes debemos siempre hacer lo correcto y hacer como aquel ladrón en la cruz que vio la injusticia y no cayó sino que alzó su voz diciendo que ellos recibían la paga justa por sus acciones pero Jesús era justo. Antes de ser entregado para ser crucificado fue azotado.

Dato sobre la flagelación romana: en ésta se acostumbraba a desvestir a la víctima y la estiraban contra  una columna, o la doblaban sobre un poste pequeño con las manos atadas. El instrumento de tortura era un corto trozo de madera al cual se amarraban varias tiras de cuero con pedacitos de hierro o hueso en los extremos. Los golpes los daban en la espalda y eran generados por dos hombres uno a cada lado. De esa manera se cortaba tanto la carne que se veían las venas, las arterias y a veces hasta los órganos internos. 

Luego le visten de ropa espléndida de color púrpura, le ponen una corona de espinas y le ponen una caña en una mano. Los soldados se burlan de él y  le golpean el rostro haciendo así penetrar profundamente en su cuero cabelludo las espinas de aquella corona. Le vuelven a colocar sus vestiduras para así emprender el lento viaje hacia el Gólgota. El peso de la viga de madera y su total agotamiento físico lo hacen caer el trata de levantarse y no puede. Debido al castigo sufrido por los azotes es que se debe su incapacidad para llevar su cruz. Los soldados obligan a Simón de Cirene a llevar su cruz. Al llegar al Gólgota ponen la cruz en el suelo y acuestan a Jesús sobre ella. 

Ahora le estiran los brazos a lo largo de la viga y le clavan una puntilla de hierro cuadrada y pesada la cual atraviesa la mano o la muñeca y luego la madera. Luego lo levantan y clavan o amarran la viga al poste levantado y lo refuerzan para que aguante el peso del cuerpo. Por último le extienden los pies y los atraviesan con un pedazo de hierro aún más grande que los que utilizaron en las manos. Ahora cubierto de sangre y heridas es un patético espectáculo para el público que lo observa. Él sufre en todo su cuerpo por varias horas, se le fatigan los brazos, siente grandes calambres en los músculos y se le desprende la piel de la espalda. 

Le comienza un fuerte dolor en el pecho cuando los fluidos comprimen el corazón. Siente una intensa sed Juan 19:28 y está consciente del maltrato y burla de todos. Le dan a beber vinagre mezclado con mirra. Todo esto es prueba clara de la depravación del corazón humano; el cual se complace y deleita en la violencia, la sangre, el dolor y la muerte. Al igual que en aquellos tiempos en éste tiempo la gente se deleita, goza, complace y disfrutan del dolor ajeno. De ver violencia, sangre y muerte tanto en nuestro diario vivir como en el cine, televisión y hasta escucharlo por la radio. Como creyentes y padres de familia debemos cuidar tanto a nuestros hijos como a nosotros mismo de todo aquello que nos insensibiliza de la tragedia y dolor ajeno. Jesús murió para cambiar el corazón depravado de la humanidad por uno lleno de amor, misericordia y compasión. 

Su grito en arameo Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado? da testimonio de que Él experimentó la separación de Dios como él verdadero y único sustituto del pecador. Esa es la peor tristeza, angustia y dolor que siente. Pronuncia sus últimas palabras Consumado es Juan 19:30. Ese grito significa el fin de sus sufrimientos y la consumación de la obra redentora. Se ha pagado la deuda por el pecado humano y se ha establecido el plan de Salvación. Sólo entonces él ofrece una oración final: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu “ Lucas 23:46.  

Esto nos da un claro entendimiento de Isaías 53:5 Más él herido fue por nuestras rebeliones, Molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por sus llagas fuimos nosotros curados. El puso su Vida en rescate por muchos. Amigo no se que es lo que ves cuando miras hacia La cruz. Yo veo sacrificio, amor, misericordia y compasión. Cristo pagó el precio de nuestro pecado porque ese castigo era para nosotros y Él por amor puso su Vida. Lo que lo retuvo allí no fueron los clavos sino su inmenso amor hacia nosotros. Ni La tumba, La muerte o el Hades pudieron detenerlo él resucitó al tercer día y ahora esta sentado a La diestra del Padre intercediendo por ti y por mi. No menospreciemos su sacrificio y amor hacia nosotros. Tratemos de ser cada día más como él, busquemos su presencia mientras pueda ser hallado. Porque llegarán tiempos en donde ya será demasiado tarde y por mas que quieras buscarle no le hallarás. Vivamos una vida en santidad total a Jehová. Su Palabra nos dice que sin Santidad nadie verá al Señor. El quiere una Vida Santa y no una sola Semana Santa.  El no mora en vasos sucios hay que limpiarse de toda contaminación de carne, alma y espíritu. Qué Dios bendiga tu vida en gran manera. No volvamos al vómito del cual él ya nos sacó. 
Por: Ivettsy 
3/25/16

De Mí Para Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora