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Your eyes
tell me how you want me
I can feel it in your heart beat
I know you like what you see

Hold me
I'll give you all that you need
Wrap your love around me
You're so excited I can feel you getting hotter
Oh baby!

*

No podía más, las cosas entre su compañera de misiones y él habían crecido exponencialmente. Durante semanas habían estado explorando sus cuerpos, probándose y provocándose; incluso estando en el comedor, con sus compañeros conversando mientras hacia a Nat correrse con sus dedos y ella ahogaba sus gemidos mordiendo con fuerza un trozo de pan. No podía detenerlo, sus juegos cada vez se hacían más extremos y a pesar de saber que corrían peligro de ser descubiertos, esto solo alimentaba el fuego entre ellos.

Lejos había quedado el Steve Rogers puritano y pudoroso, sus instintos le controlaban cada vez que Nat estaba cerca y fuera como fuera, siempre terminaban en situaciones muy candentes, sin consumar, por elección del rubio.

Múltiples veces estuvieron a poco de ser encontrados en situaciones muy comprometedoras, como la ocasión en la que Wanda entró a su oficina de imprevisto, encontrándose con un Steve agitado y con el rostro colorado tras su escritorio de roble. Él alegó estar acalorado por la falla de su sistema de aire acondicionado... Pero la castaña no reparó en que ahí dentro la temperatura era tan fresca como siempre y solo dejó el par de carpetas sobre la superficie barnizada, saliendo tan rápido como entró; Más preocupada por haber sido escuchada por el rubio la noche anterior, cuando estuvo en la habitación de... Otro de sus compañeros, que por lo que sucedía en esa oficina. 

Un momento después sintió como el placer le rebasaba y gimió mientras vaciaba una generosa carga de su simiente al fondo de la garganta de la mujer hincada entre sus piernas. Cerró los ojos y llevó su cabeza contra el respaldo para disfrutar de las últimas contracciones de su miembro. Una vez éstas cesaron, volvió la vista a Natasha que se había retirado para lamer con una sonrisa traviesa, los restos de la esencia de Steve que escurrían por sus comisuras.

La pelirroja se reincorporó con el catsuit abierto hasta el ombligo, que Steve había deshecho para admirar sus atributos. El correcto Capitán era fanático de los senos grandes y disfrutaba de restregarse en su escote. Nunca hubiese imaginado que Rogers tuviera un fetiche con ella en su traje de trabajo, pero después de cada una de sus últimas operaciones, le llamaba a su oficina para satisfacerse mutuamente y olvidarse de la tensión que sentían al no poder tocarse de camino al complejo.

Steve le ayudó a reincorporarse y con cuidado de no dañar el traje con fuerza excesiva, le desnudó, para luego sentarla al borde de su escritorio y abrir sus piernas de par en par, admirando su sexo húmedo por la excitación. Natasha jadeó al sentir la primer lamida del rubio a lo largo de sus pliegues, para después concentrarse en su clítoris por un largo rato.

—¡Santa mierda!— chilló, moviéndose con frenesí, para buscar más fricción contra su centro—¡Sí, sí, Capitán... Fóllame con tus dedos!.

Rogers gruñó, sintiendo su erección volver a erguirse de solo imaginar que su dureza era la que entraba en Natasha. Se apartó de la entrepierna femenina para llevar sus dedos indice y medio hacia la boca de la pelirroja, para acariciar sus labios color cereza, haciendo que ella los lamiera y succionara mientras él veía la escena con la mirada oscurecida.

—Eres deliciosa— Murmuró haciéndole reincorporarse para pegarla contra su pecho, luego retiró los dedos de su boca, para llevarlos hasta su clítoris hinchado, sólo por unos momentos y sin más demora los colocó en su entrada y los introdujo de golpe, justo como ella le había enseñado— Cada parte de ti raya en la absurda perfección, preciosa.

Like a VirginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora