Jimin cerró su computador y comenzó a vestirse. Tan pronto terminó, corrió a encontrarse con Jungkook.
—¿Llegué a tiempo?
— Oh, hola Jimin, te ves muy lindo.
— Gracias. Y bien ¿A dónde iremos?
— Te llevaré a una heladería a la que voy regularmente, me encanta — dijo el pelinegro con un rostro sonriente
— Ok — respondió el castaño devolviendo la sonrisa.
Caminaron y hablaron durante algunos minutos hasta finalmente llegar a la heladería y pedir sus sabores favoritos. Jimin no necesitó pagar nada, ya que Jungkook decidió invitarlo e incluso comprar unos barquillos.
En cuanto sus helados estaban en sus manos salieron del lugar a caminar nuevamente. Jungkook era muy intimidante y coqueto, no paraba de sonrojar a Jimin durante todo el camino. Cosas como "Eres muy lindo" o "Me encanta cuando te sonrojas" hacían que los cachetes de Jimin enrojecieran sin previo aviso.
— Pequeño......¿Compartirias tu helado conmigo?
—Mm, sí —sonrió
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La noche llegó tan rápido como devoraron sus helados y Jubgkook se ofreció a llevar a Jimin de vuelta a casa.
— Ya anocheció ¿Quieres que te lleve a casa?
— Claro, por qué no.
Tilín tilín (jaja, sorry, yo escucho así los timbres de los celulares)
— Jungkook, tu celular está sonando
— Oh su, no lo escuché. ¿Te importaría si lo contesto?
— Hazlo ya, no tienes por qué preguntarmelo.
Cinco minutos después
—Pequeño, lo siento, mi madre me llamó y tengo que estar en casa lo más pronto posible o estaré castigado. ¿Puedes continuar tu solo?
—si, no hay problema, ve con tu mamá y evita un castigo, si ella te castigado quién me pagará los barquillos.
— Jaja eres encantador. Nos vemos mañana. En cuanto llegues a casa me llamas, lindo ¿Ok?
— Adiós— respondió sonriente y continuando con su camino, a poco de llegar a casa cruzó por un parque el cual no le habría llamado la atención, si no fuera porque notó que el chico frío de su clase se encontraba en un banco muy triste y devastado.
Antes de ir con él, primero se preguntó si sería bueno interrumpirlo. Finalmente se armó de valor y fue con él.
