Capitulo 4✓

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Narra Noe. 

CAPITULO 4

La mudanza con mi padre no fue tan difícil. Él no era muy estricto como mamá. El único problema era el resto de su familia. Ellos suelen ser algo.... Cómo lo diría...metiches

No es que yo no lo fuera, pero todo tiene su límite y ellos no saben eso.

Los primeros días me la pasé escuchando sus chismes y todo consistían en lo mismo

" Pobre su madre la ha abandonado"

Seguí asistiendo a la misma escuela incluso me quedaba más cerca. Mi vida se había vuelto insípida. No tenía familia y la escuela era demasiado.

Pero no podía sacar de mi mente a Masái y es que no les pasa, que les dicen no te ilusiones y te imaginas un futuro. Se que es muy tonto, pero solo quiero imaginar un quizás.

Me levanto a las 6 en punto para a las 6:45 estar yendo de camino a la escuela. Una vez en la entrada me detengo y observo a todas las personas a mi alrededor. Madres y padres llevaban a sus hijos a la escuela. Eso deseo...

Sigo mi camino rumbo a mi salón. La escuela no es muy grande por lo que no me tardo mucho en llegar a mi edificio. Subo las escaleras. Todavía era temprano por lo que fui a paso lento. Desde lejos pude ver a las chicas muy emocionadas pegando saltitos de alegría. Estás al verme corrieron hacia mí.

- Noe, que bueno que llegas- Chillo Mari. Observándola bien parecían que por fin habían conseguido algo muy valioso.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué tanta emoción? - Mis preguntas parecen sorprenderlas pues solo se miran entre ellas.

- Armando se transfirió a nuestro salón y te está esperando ahora- Esperaron mi reacción la cual solo fue un largo suspiro...

Genial ahora tengo que soportar a un pesado. No estoy de humor ni tengo las ganas. Esto me empieza a fastidiar. Tengo la sensación de que me hundo poco a poco.

Seguí con mi camino y como lo habían dicho. Él está sentado en la parte de atrás. Este al verme rápidamente se levantó y se dirigió a mí. Eso llamo la atención de los demás

- Noe, te ves muy hermosa hoy- Toma mi mochila y la coloca en el asiento que se encontraban a un lado del suyo.

- No me habías dicho de tu cambio- Lucía algo alegre su rostro, tenía un extraño brillo.

- Era sorpresa, quería que estuviéramos más tiempo juntos. Quiero formaliza todo contigo - Sus palabras sonaban muy seguras y eso no era bueno.

- Realmente me sorprendió, pero pensé que esto era un secreto y no debíamos mostrarnos al público- Su sonrisa decayó en segundos. No quería sonar cruel, pero era la verdad. El aún tenía una relación.

- Lo sé, solo pensé...- Rápidamente lo interrumpí

- Tu sigues con Palo, y no quiero ser causa de una polémica eso no va conmigo y lo sabes- El asintió cabizbaja.

- No te preocupes, esto no saldrá de nosotros- Se que se lo había confesado a las chicas, pero ellas eran confiables o eso creo.

Las clases fueron lo mismo de siempre solo la única diferencia que cada vez que miraba hacia la izquierda tenía que sonreír como estúpida. O que cada 5 minutos sentía como me observaba Armando. Esto era muy incómodo.

Lo único bueno fue la hora del almuerzo cuando Armando se marchó para jugar un partido y yo pude desayunar en paz sin sentirme acosada.

- Tienes un ánimo- Las palabras de Esperanza no ayudaron para nada en mi ánimo.

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