Un mal en su espíritu

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Un suave y refrescante viento atravesaba los vastos alrededores del templo Hikawa.

Y bajo el techo del templo, estaban sentadas Mako, Ami, Luna, Artemis y Minako.

Los 5 miraban el paisaje, mientras tomaban el té.
En ese momento, las 3 chicas vestían como sacerdotisas.

-¿En verdad creen que Rei esté bien?- preguntó Mako, alzando la vista al cielo.

-Rei ha hecho penitencias y meditación desde que era pequeña. Por ese lado, no debemos de preocuparnos,- respondió Ami, aunque su semblante delataba algo de inseguridad.

-¡Pero... ya pasó una semana!- exclamó Minako.
-¿Quiero decir... ¿cuánto tiempo puede estar nuestra "fina señorita perfección" sin comer ni beber como se debe? ¡Se convertirá en una mooomiaaa seeecaaa!

Tras ésto, Minako hizo los típicos ademanes parecidos a los de un zombie.

-Por no entender cómo piensa ella, tú nunca serías una buena sacerdotisa, Minako,- dijo Artemis serio, negando con la cabeza.

Minako alzó una ceja, viéndolo de reojo, molesta.

Moviendo su pata delantera derecha, Artemis continuó:
-Rei es autodisciplinada, seria y enfocada. Tú no.

Minako bajó la mirada.

-Y... a diferencia tuya, su proceder es filosófico, metódico y profundo.

Una vena se marcó en la sien de la rubia.

-También sabe llevar a cabo toda clase de abstinencias y tiene prioridades muy bien definidas. Tú no podrías... ¡¡¡MIAAAAAAUUUU!!!!

Artemis ya no pudo continuar; Minako le había dado un pellizco en la punta de su cola.

Todas las demás: O_O

Mako intentó cambiar de tema:
-B-bueno... por fortuna, su abuelo le creyó a Usagi cuando ella se hizo pasar por Rei.

-Tambien le creyó lo del viaje de meditación,- asintió Ami.

-Y claro... Que ustedes se ofrecieran a trabajar en el templo, lo puso muy contento,- replicó Luna, guiñando un ojo.

Todas se rieron un poco por eso último.
Y finalmente, Mako suspiró.

-Sólo espero que las cosas salgan bien. Por ella... y por él.

(...)

Lo que había dicho Artemis era muy cierto.

Rei sólo había pedido que le llevaran una mínima de alimento, una de sus túnicas de sacerdotisa, algunos pergaminos en blanco y tinta.

La única que estuvo renuente a dejarla sola fue Usagi, pero al final lo aceptó.
No hubo manera de hacer cambiar de opinión a la sailor del fuego.

Cuando le entregaron lo que les había pedido y la dejaron a solas con él, la sacerdotisa volteó a verlo.
Y por un breve instante, se quedó inmersa, viendo el perfíl del joven "durmiente".

Pero entonces, sacudió la cabeza.
Concéntrate. Recuerda que estás aquí para salvarlo.

Primero, hizo sus elaborados ejercicios de mediación.

Luego, se dispuso a escribir los hechizos correspondientes en sus pergaminos de sacerdotisa.

Rei sabía que no podía darse el lujo de encender una fogata en donde estaba.

Pero tengo mi fuego interior. Mi fuego espiritual.

En el pulido y frío piso de mármol color gris perla, Rei se sentó sobre sus pantorrillas, justo al lado izquierdo de la cama donde yacía el caballero
Acto seguido, comenzó sus rezos.

A los pocos minutos, un aura de color rojo y dorado comenzó a emerger de su cuerpo, levantándole su cabello con elegancia.

Rei cerró los ojos y comenzó una meditación profunda.

Tu mal no es físico, es espiritual...
Algo pasa dentro de tí...
Debo encontrarlo
Debo sacarlo
Y así...

En un momento dado, la chica entró en trance.
Su mente estaba en otro lugar.

Un lugar que le resultaba muy familiar.

Con asombro, vió a una persona.
Un chico.
Y ella lo conocía.

Era Jaden.
No... es Jadeite. Esto es un recuerdo...

En esos momentos, él se arrodillaba sobre una figura femenina que parecía estar inconsciente.
Con las puntas de sus dedos, él le acariciaba la mejilla a la joven.

-Es tan hermosa... me fascinó desde la primera vez que la ví. ¿Porqué me siento tan atraído por esta humana?

Con recelo, Rei se acercó. Sabía que no podía modificar nada, pero necesitaba saber quién era ella.

Al hacerlo, dió un grito ahogado.
La joven inconsciente era ella misma, 4 años atrás.

De repente, Rei sintió cómo su corazón latía con fuerza

Es verdad, él me secuestró aquella vez. Y luego... yo lo eliminé.

-Entonces, si me hubieras oído diciéndote eso, no me habrías atacado, ¿verdad?

En ese momento, Rei se giró y la imagen de Jadeite y su "yo" de 14 años, se esfumaron.

Atrás de ella, estaba la versión oscura de Honoki.

-Jadeite.

Un Amor de Fuego Y Hielo (Rei & Jadeite 4EVER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora