Durante La Noche | Tanjikana

Burbujas

Las sábanas limpias, blancas y perfumadas lo envuelven mientras se gira a su derecha, hacia donde se encuentra Zenitsu. Apoya su cabeza en la almohada, frunce el ceño y lo observa, deseando poder disfrutar de un sueño cómodo y profundo como en el que él está.

Pero sabe que su mente no le dará el gusto de tener una buena noche de descanso. Era malo, ciertamente. No podía darse el lujo de no aprovechar las horas de sueño que le ofrecían, más aún si era una noche completa en lugar de siestas cortas a lo largo de su camino.

Suspira resignado y se incorpora lentamente, apretando los dientes cuando la cama rechina debajo suyo.

Su mirada rápida y preocupada se dirige hacia Inosuke, detrás suyo, pero solo se encuentra con calma. Es extraño verlo así, pero el día anterior tuvo un enfrentamiento duro contra un demonio y resultó herido, por lo que no le resultaba raro que, en un intento por evitar que se moviera y abriera sus heridas, Aoi lo hubiera sedado.

Mira al frente y ve que Zenitsu sigue roncando justo como hace unos segundos, entonces suelta el aire que no sabía que estaba conteniendo.

Aliviado posa sus ojos ahora sobre la ventana a su derecha.

"La luna está muy brillante hoy", piensa, y cree que tal vez un paseo nocturno por el jardín de la finca mariposa podría relajarlo y permitirle finalmente dormir.

~♥~

La calidez del ambiente lo abraza cuando sale. Cierra con suavidad y cuidado la puerta detrás de sí, sería muy descortés despertar a alguien, más aún cuando lo están acogiendo en su casa.

Camina despacio, baja el escalón y posa sus pies descalzos sobre el césped verde y bien cuidado. No planeaba quedarse mucho tiempo, y el clima no era frío, así que no se molestó en ponerse calzado, además de que así haría menos ruido. El cosquilleo entre sus dedos es agradable, nostálgico.

Respira profundo y cierra los ojos. El aroma de la primavera y las abundantes flores en la residencia de los Kocho invade sus sentidos y lo hace sentir calmado, seguro.

Pero hay otro olor bailando en el aire. Olfatea un poco más levantando su cabeza.

Es suave, delicado, pero fuerte y estable, y está cerca.

"Kanao" reconoce en un segundo, y avanza un poco más.

Se pregunta qué hace ella a estas horas de la noche en el jardín. Bueno, él podría hacerse la misma pregunta.

"Tal vez ella tampoco puede dormir" piensa mientras camina lentamente en la dirección en la que el olor lo guía.

Sigue su aroma, que se mezcla con el de las flores y de la brisa fresca que contrasta con el ambiente primaveral cálido, y se intensifica con cada paso que da, acercándose a ella.

Entonces gira en una esquina y la ve, sentada en un banco, mirando en su dirección.

Su cabello, negro y brillante como la noche y sus estrellas, está suelto, como nunca lo había visto antes, y apenas vuela con la brisa. Lleva un camisón blanco de mangas cortas que casi hace juego con su piel pálida, ajustado en la cintura con un pequeño lazo del mismo color a un costado, y sus pies, al igual que los suyos, están descalzos, apoyados contra el césped.

A diferencia de ella, que mira al cielo por encima de él con sus ojos entrecerrados, sin inmutarse en lo más mínimo por su repentina aparición, Tanjiro no puede evitar que sus labios se separen por la sorpresa.

"Kanao se ve muy diferente" es lo primero que pasa por su mente.

Se mantiene parado en su lugar unos segundos más en los que ella sigue mirando hacia arriba, hasta que finalmente baja su mirada y lo observa.