Capítulo IV

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-Ahora si Jae, ven acá. - dijo Jaebeom tomando la muñeca del menor y empujándolo hacia el sillón.

-¡Yah, Jaebeom hyung!-grito Youngjae al sentir las manos del pelinegro cerca de su cuello haciéndole cosquillas.

-Eso te pasa por decirme "este", ¿acaso no sabes mi nombre?-continuo con su tarea de castigar a Jae.

-¡Per-dón hy-hyung! - entre risas trató de hablar.

Así pasaron unos segundos más, hasta que escucharon la puerta abrirse. Era su manager, quien se encontraba allí para ver cómo iba el ensayo de los chicos.

-¿Qué tal chicos? - saludo mientras cerraba la puerta.

-Buenas noches. - respondieron todos al mismo tiempo mientras hacían una reverencia en saludo.

-Todo va bien, seguramente mañana ya solo tendremos que practicar un par de horas. - respondió el líder a la pregunta de su manager.

-¿Tanto han avanzado? - abrió los ojos por la sorpresa.

-Sí.

-Por supuesto, hyung... - Youngjae se acercó al manager. - Me han torturado por horas y lo seguirán haciendo hasta que nos vayamos a casa. Así que no dudes, mañana estará todo perfecto a excepción de mi espalda y piernas.

-¿Por qué Jae? Hoy, cuando llegues al departamento podrás descansar. Mañana estarás como nuevo y no harán tanto esfuerzo físico.

-Eso mismo le dije. - el líder camino junto al pelirrubio y revolvió su cabello con su mano izquierda.

-¡Hyung! Deja mi cabello.

-Ya, ya, ya. -hablo el manager. - Ustedes dos parecen novios.

-Eso les digo yo también. - grito el tailandés desde el fondo de la habitación en la que se encontraban.

-Claro que no. - rio un poco el pequeño Jae. - A lo mucho, Jaebeom, sería como mi hermano mayor o mi padre.

Jaebeom solo le sonrió al pequeño Jae en respuesta. Después el mayor de todos los presentes habló, diciéndoles su agenda para ese comeback. Si eran honestos, cada vez que tenían una presentación se sentían nerviosos, pero una vez que estaban en el escenario cambiaba por una emoción y felicidad que los ayudaba a dar lo mejor aunque estuvieran cansados o con sueño.

Darían lo mejor de sí mismos, justo a ahora Youngjae estaba dando todo. El pequeño Jae estaba sudando mucho, haciendo que su camiseta se pegara a su cuerpo, en especial a su espalda. Su cabello se pegaba a su frente y cada vez que podía, con su brazo, intentaba secar la zona y mover su rubio cabello.

Jaebeom no estaba en una situación diferente a la del menor, pues su playera estaba mojada y adherida a su cuerpo. Se movía con mucha fuerza, cada paso que hacía iba cargado de energía. Youngjae se preguntaba de dónde sacaba tanta energía el líder del grupo, porque entendía que era un buen bailarín y que le apasionaba demasiado dicha actividad, pero a pesar de llevar horas y horas bailando parecía no quedarse sin energía hasta que tomaban un descanso, hasta entonces se dejaba caer en el piso o en el sillón.

Bambam y Yugyeom se reían de por las bromas que hacían entre ellos, además de gestos por el cansancio. Jinyoung se mantenía serio, aunque una que otra vez soltaba risitas por lo que hacían los maknaes y por las bromas que soltaba Jackson a todos para animarlos.

Al fin era momento de regresar a casa después de muchas horas de baile y canto, sobre todo baile. Youngjae caminaba hacia la camioneta que los llevaría hasta su departamento, él se subió y se sentó en los asientos de atrás, se recargo y cerró los ojos mientras esperaba a que todos estuvieran dentro para irse.

¡Pero somos hombres Hyung! ↱2Jae↲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora