Kageyama se sienta en el sofá del salón de Yamaguchi con cuidado y precisión, intentando no formar demasiadas arrugas en la tela que protege el material del asiento, con sus rodillas juntas y las manos agarrando con una fuerza innecesaria su teléfono móvil, lo único que había podido coger tras huir de la habitación de su compañero de equipo. Su mirada está clavada en el televisor apagado en el que se ve a sí mismo, serio, gracias al vidrio, y no puede dejar de pensar en las últimas doce horas de su vida. Avergonzado, coge uno de los cojines que descansaban perfectamente colocados en una de las esquinas del sillón y esconde su rostro en él.
Debe de estar teniendo otro sueño. No hay otra manera de explicar el que acabase de ver a Yamaguchi de ese modo después de todo lo que le había pasado en ese día. Sí, lo más probable es que aún se encuentra en el dichoso sueño húmedo el cual su amigo había protagonizado, y en ningún momento se quedó embobado mirando su trasero durante el entrenamiento, o acabó masturbándose en su baño. Y, ni mucho menos, le acaba de pillar con una erección.
Oh, Dios, ¿y si ha sido su culpa? No está muy seguro del cómo funciona ese tipo de cosas, en realidad, nunca había prestado demasiada atención a las charlas a cerca de la sexualidad que daban cada dos por tres en el instituto, pero a lo mejor hay alguna manera de traspasar ese tipo de sensaciones a otra persona. Quizás, como ocurre con el resfriado, había dejado salir algún tipo de bacteria mientras se estaba masturbando en el baño, y ha acabado contagiando a su amigo. Tiene sentido, ¿no?
Kageyama frunce su ceño a la vez que desbloquea su teléfono móvil, abriendo el chat de mensajes que comparte con Hinata, pensando que es la única persona que entendería lo que ocurre por su cabeza. A fin de cuentas, había captado a la primera que se encontraba interesado en Yamaguchi, ¡y ni siquiera se había dado cuenta de ello él mismo! Entonces, le envió el mensaje preguntado si ese tipo de cosas podía, realmente, pasar.
"Pff, ahjfbghf, claro k si bakageyama!!!! como crees k va el porno?? esas cosas van x el aire" le responde él, casi inmediatamente "pero xk lo preguntas? oh dIOS MIO K HAS HECHO CON YAMAGUCHI-KUN?????????"
El chico intenta no rodar los ojos, soltando un suspiro y sintiéndose un poco más aliviado. Bueno, después de todo, es una reacción normal. Pero ahora se sentía un poco culpable. Ahora, esperaría a que Yamaguchi bajase de su habitación y, entonces, le pediría disculpas. No hay nada de lo que sentirse avergonzado, se dice, ni mucho menos incómodo. Solo tiene que evitar que vuelva a ocurrir y, entonces, la noche continuará tan tranquila como siempre ha sido su amistad con él.
──❀•❀──
Yamaguchi quiere creer que lo está llevando bastante bien. Es más, si en ese momento le preguntasen, él diría que no puede estar mejor. Está sentado en una de las esquinas de su sillón con sus muslos pegados a su pecho, abrazándolos levemente mientras apoya su barbilla en sus rodillas y finge prestar atención a la estúpida y sangrienta película que había puesto. A todo un completo asiento de distancia se encuentra Kageyama, con ambos pies en el suelo y un cojín sobre su estómago que aprieta contra sí mismo cada vez que un golpe fuerte resuena por los altavoces del televisor.
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La bendita adolescencia [YamaKage]
Fiksi PenggemarYamaguchi y Kageyama son dos chicos que en la normalidad de su adolescencia se dejan llevar por unos recién descubiertos sentimientos sin tener ni pajolera idea de lo que diantres significan. ADVERTENCIA: NSFW, contenido sexual explícito entre meno...